Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 862
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Capítulo 862:
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Un golpe rompió el pesado silencio.
Eugene entró acompañado de un médico.
«Ya tenemos los resultados de las pruebas, señor Watson», dijo Eugene, haciendo un gesto con la cabeza al médico para que continuara.
La puerta se cerró con un suave clic cuando Eugene la empujó.
El sonido devolvió a Vivian al presente. Sus ojos muy abiertos se fijaron en el médico, con el miedo arañándole el pecho. ¿Qué podía hacer ahora? El pánico se apoderó de ella.
Exclamó suplicante: «Brandon, por favor, créeme. No necesitamos el informe del médico, ¿verdad?».
La mirada de Brandon permaneció fija en ella, indescifrable.
«Proceda», le dijo al médico con firmeza.
El médico asintió levemente y le entregó el informe.
«Según nuestro examen…», su voz pronunció el golpe final, «la señorita Simpson no tiene cáncer de estómago».
Las palabras quedaron suspendidas en el aire.
El propio médico parecía inquieto. Había visto la retransmisión en directo. Había oído rumores sobre el lío entre Vivian y Millie. Ahora la verdad había salido a la luz: Vivian estaba perfectamente sana, lo que significaba que Brandon… había sido engañado todo este tiempo.
—Entiendo —dijo Brandon con frialdad—. Puede dejarnos solos. Necesito hablar con ella a solas.
«Sí, señor», respondió Eugene. Rápidamente acompañó al médico fuera y cerró la puerta tras ellos.
Se hizo el silencio, dejando solo a Brandon y Vivian en la habitación.
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Vivian se apresuró a salvarse.
—Brandon, deben de haberlo inventado juntos —insistió con voz quebrada.
Brandon acercó su silla, con los ojos fríos como el hielo.
—Vivian —dijo con tono frío y deliberado—, ¿incluso ahora sigues mintiendo?
La ira ardía en sus ojos inyectados en sangre, sin dejar espacio para nada más.
Cada frenética negación de Vivian solo servía para dejar claro lo mucho que lo había engañado.
«No tengo una respuesta, Brandon, de verdad que no. ¡Lo único que sé es que tengo cáncer!». Vivian esgrimió la excusa a la que se había aferrado. «A mí también me engañaron, yo…».
«¡Vivian!», la interrumpió Brandon con un rugido. Su voz resonó en la habitación como un trueno. «¿Eso es lo que crees? ¿Que soy demasiado estúpido para darme cuenta de lo que está pasando?».
Por culpa de esta mujer y su cruel engaño, había perdido al hijo que él y Millie deberían haber tenido, y había herido a Millie de una forma irreparable.
El hijo…
Brandon apretó los puños. El hijo que había deseado más que nada en el mundo. Y, de repente, ya no estaba.
Cualquier esperanza que Millie hubiera tenido alguna vez en él también se había esfumado, junto con su hijo perdido. Ella ya no quería tener nada que ver con él.
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