Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 845
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Capítulo 845:
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Ahora su alma exigía posesión completa: quería que el corazón de Millie le perteneciera exclusivamente a él, sin compartir ni un solo latido con nadie más.
Pero si Millie decidía honrar la patética petición de Brandon y hacerle un hueco en su vida, ¿qué opciones le quedarían a Myron?
Myron se perdió en el laberinto de sus turbulentas reflexiones.
Sin previo aviso, recuperó la conciencia al descubrir la mirada alerta de Millie estudiando sus rasgos atribulados.
«Algo te preocupa», observó ella, con una suave curiosidad en la voz.
Myron descubrió que sus agitados pensamientos se habían enredado en nudos demasiado complejos para desentrañarlos con simples palabras. Y le resultaba difícil admitir lo mucho que la quería para él solo sin asustarla.
Millie observó cómo se acumulaban las nubes de tormenta en el rostro de Myron, y las palabras desesperadas de Brandon resonaron frescas en su memoria.
«Nunca pensé en reconsiderar su propuesta», murmuró Millie, con voz que denotaba firmeza.
Myron no se atrevía a mirarla a los ojos, con los hombros tensos por una vergüenza tácita.
La visión de su vulnerabilidad le pareció a Millie entrañablemente inesperada.
«Myron, ¿es posible que estés… consumido por los celos?», preguntó ella, con un tono que oscilaba entre el afecto y el descubrimiento juguetón.
El conductor seguía absorto en conducir por el tráfico vespertino, y la mampara elevada creaba su propio santuario privado dentro del coche en movimiento.
Los dedos de Myron encontraron los de ella, entrelazándose con desesperada certeza.
«La envidia no basta para describir lo que me consume», confesó con voz cruda y sincera.
Ahora Millie sentía cómo el calor le subía por el cuello, su confianza tambaleándose ante su cruda sinceridad.
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Myron se volvió completamente hacia ella, con una expresión desprovista de toda pretensión. «El terror habita en mi pecho, el miedo a que tu amor por mí palidezca junto a lo que sentías por él. Esos siete años que construisteis juntos acechan cada momento que compartimos. Me consume la envidia por la historia que él lleva consigo contigo».
La sinceridad que ardía en los ojos de Myron dejó a Millie completamente sin palabras, con la respiración entrecortada.
Reconoció su vulnerabilidad en ese momento suspendido, sintiendo el temblor de la incertidumbre que lo atormentaba.
Después de dejar que sus palabras se asentaran en el espacio entre ellos, Millie levantó su mano con deliberada ternura y presionó su palma contra el ritmo constante de su corazón. Sin dudarlo, acortó la distancia entre ellos y capturó sus labios con los suyos.
Myron respondió con igual fervor, y permanecieron perdidos el uno en el otro hasta que la necesidad de respirar finalmente los separó.
Myron buscó su rostro, tratando de descifrar el mensaje escrito en sus acciones.
La sonrisa de Millie floreció suavemente mientras mantenía su mano anclada sobre los latidos de su corazón.
«¿Puedes sentir cómo responde mi corazón a ti?», susurró ella.
«Ese capítulo con él se cerró hace mucho tiempo», declaró Millie, con palabras que transmitían la verdad absoluta. «Myron, lo que importa ahora es nuestra historia, la que estamos escribiendo juntos».
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