Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 809
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Capítulo 809:
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Millie reconoció la ardiente convicción que ardía en sus apasionadas palabras, pero su salud destrozada le susurraba una verdad diferente y más oscura.
Durante esos largos y agonizantes años atrapada con Brandon, no había tenido hijos a pesar de sus innumerables intentos, hasta ese breve momento en el que la esperanza había renacido… Pero ese precioso niño le había sido brutalmente arrebatado antes de dar un solo suspiro.
Había caído por aquellas escaleras despiadadas, y el impacto devastador había destruido la vida inocente que crecía dentro de su vientre protector.
Aquella escalera de pesadilla seguía acechando sus sueños: la silueta de Brandon desapareciendo sin mirar atrás, grabada para siempre en su memoria traumatizada.
Más tarde, atrapada entre las estériles paredes del hospital, había buscado respuestas desesperadas durante los momentos en que Alexia y Giffard se alejaban de su cama.
Había susurrado sus preguntas a otros médicos, esperando recibir noticias diferentes.
Las respuestas que recibió destrozaron lo que quedaba de su esperanza en mil pedazos.
Aunque Alexia le ofrecía constantemente palabras de ánimo, insistiendo en que con la atención médica adecuada y el tiempo necesario, el cuerpo de Millie podría recuperarse lo suficiente como para volver a concebir, la duda seguía carcomiéndola como un dolor persistente.
Su amistad era profunda y genuina, lo que permitía a Millie reconocer la auténtica preocupación que impregnaba cada palabra que Alexia pronunciaba.
Es cierto que existía una posibilidad en el ámbito de la ciencia médica, pero esa frágil esperanza parpadeaba como una vela moribunda en la oscuridad.
Millie estudió el rostro de Myron que se cernía sobre ella, y una repentina incertidumbre se apoderó de su pecho al preguntarse si había cometido un terrible error de juicio.
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Si él anhelaba un hijo unido a él por lazos de sangre y ADN, y su cuerpo dañado no podía satisfacer ese deseo fundamental, ¿qué camino podían seguir?
Myron captó los cambios emocionales que se reflejaban en su rostro y leyó sus pensamientos turbulentos con perfecta claridad.
Apretó sus labios contra los de ella y habló con suave convicción. «Mi dulce y tonta chica. Millie, ya te dije antes que entendía perfectamente tu condición médica».
La miró directamente a los ojos atribulados y le habló con una sinceridad tan profunda que le llegó al alma. «Millie, mi amor por ti es intenso y verdadero, pero no es…».
Impulsado por un deseo desesperado de tener hijos, te amo por la increíble mujer que eres, Millie, no por lo que tu cuerpo puede o no puede ofrecer». Sus ojos irradiaban pura compasión mientras hablaba.
Los traumas de su infancia le habían enseñado a creer que todo, incluido el amor, siempre tenía un precio, y que necesitaba ofrecer algo valioso a cambio para merecer el afecto de alguien. Pero el amor auténtico nunca debería reducirse a transacciones tan frías.
Millie mantuvo la mirada baja, sus pestañas oscuras creaban sombras que ocultaban la tormenta de emociones que se agitaba en sus ojos.
Él sonrió cálidamente y continuó: «Ya tenemos a Ari trayendo alegría a nuestras vidas; tener otro pequeño sería simplemente una bendición maravillosa. Y recuerda, ¿no te aseguró Alexia que la posibilidad de concebir todavía existe en tu futuro?».
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