Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 806
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Capítulo 806:
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A kilómetros de distancia de su santuario, diferentes escenas se desarrollaban bajo el mismo testigo celestial. Los rayos de luna pintaban la tierra con una luminiscencia etérea mientras la naturaleza contenía la respiración.
Dentro de los límites de su apartamento, Brandon mantenía su vigilia junto a la cama, la oscuridad envolvía toda la habitación mientras la misteriosa caja fuerte se alzaba cerca como un centinela silencioso.
Los fragmentos de memoria bailaban más allá de su desesperado alcance, disolviéndose cada vez que intentaba comprenderlos.
Sin previo aviso, una inexplicable ola de tristeza se abalanzó sobre él, robándole el aliento de los pulmones.
Levantó la mirada hacia el astro celeste que colgaba suspendido en el lienzo estrellado que se extendía sobre él.
En algún momento durante su contemplación, unas nubes traicioneras habían comenzado su asalto al resplandor de la luna, atenuando su brillo, antes brillante.
La sensación lo golpeó como un golpe físico: algo infinitamente precioso se le había escapado de las manos para siempre.
El peso aplastante del abandono y la separación le atravesó el pecho con precisión quirúrgica.
Ese vacío devastador llevaba el nombre de Millie escrito con letras de dolor líquido.
¿Dónde descansaba su cabeza cansada esa noche?
Probablemente entre los muros protectores de la mansión Elliott.
¿Qué actividades llenaban su noche mientras él permanecía atrapado en este purgatorio de la incertidumbre?
La imaginación de Brandon se apartó de las posibilidades, demasiado dolorosas para contemplarlas, demasiado probables para ignorarlas.
Sus emociones se acumulaban como el vapor en una tetera, buscando una liberación explosiva, pero sin encontrar una salida adecuada.
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«¡Maldita sea!». El rugido de frustración se desprendió de su garganta cuando su puño golpeó el implacable yeso, y gotas carmesí pintaron arte abstracto en las paredes inmaculadas.
Sus pensamientos se desviaron inevitablemente hacia ese momento en el concierto. La memoria de Brandon evocó la expresión exacta que Millie había tenido cuando sus miradas se cruzaron.
Su mirada contenía la paz cristalina que solo surge después de que las tormentas más feroces de la vida hayan agotado finalmente su furia y hayan pasado.
¿Se entregaría finalmente por completo al apasionado abrazo de Myron esa noche, ahora que parecía haber dejado atrás el pasado?
La mente de Brandon se cerró de golpe ante esa tortuosa especulación.
Una lágrima solitaria recorrió su mejilla antes de caer sobre sus nudillos ensangrentados, mientras su atención volvía a la enigmática caja fuerte que se burlaba de él con su silencio.
El impulso de destruirla por completo, de destapar sus secretos al aire libre, casi abrumó su cordura restante.
Intuía que detrás de aquella puerta impenetrable le esperaban revelaciones monumentales. Sin embargo, aquella maldita cosa se negaba a revelar sus misterios por mucho que él lo suplicara desesperadamente.
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