Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 771
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Capítulo 771:
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Poco después de que esas inquietantes fotos aparecieran en Internet, la publicación original fue retirada por infringir las normas de contenido. Pero cuando las imágenes resurgieron, la sangre había sido editada en negro en un intento de eludir una mayor censura.
Para entonces, sin embargo, las capturas de pantalla y las grabaciones de la publicación original ya se habían difundido como la pólvora, sin posibilidad de contenerlas.
«¿Qué habrá pasado?».
«¿Alguien sabe qué le pasa a Millie?».
«¿Cómo puede haber tanta sangre?».
«Millie parecía estar al borde de la muerte».
«¿Es algo que acaba de ocurrir?».
Internet quedó en estado de shock colectivo.
En otro lugar, Brandon permanecía pegado al asiento de su coche, probando sin cesar diferentes contraseñas. Tras su tensa conversación con Vivian, había vuelto directamente a su vehículo, decidido a descifrar el código.
La misteriosa pista de Giffard seguía resonando en su mente. Tenía algo que ver con el niño. Dado que la caja fuerte requería un código de ocho dígitos, parecía obvio que la respuesta era una fecha: cuatro dígitos para el año y dos para el mes y el día.
Brandon repasó mentalmente todas las fechas importantes relacionadas con su hijo y el de Millie. La que más le obsesionaba era el día en que perdieron a su bebé en Fiesta. Intentó usar la fecha en que Millie se quedó embarazada. Introdujo el día en que Millie compró en silencio una parcela en el cementerio y enterró aquel pañuelo manchado de sangre. Los aniversarios de la pérdida de su hijo pasaron por su mente mientras tecleaba uno tras otro.
No importaba la combinación que introdujera, la caja fuerte se negaba a abrirse.
Todos estos intentos fallidos solo sumergieron a Brandon más profundamente en viejos recuerdos. Cada año, veía a Millie pasar ese día con tristeza reflejada en su rostro.
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Millie nunca se dio cuenta de que él había descubierto sus secretos preparativos para la tumba.
Ella siempre se escapaba al cementerio, y Brandon le seguía el juego, fingiendo no darse cuenta mientras la seguía desde la distancia. Lloviera o hiciera sol, dejaba pequeños trajes y juguetes en la lápida, en honor al niño que nunca llegó a ver el mundo.
Nunca se permitía olvidarlo.
Esa pérdida se había convertido en lo único que no podían superar: un dolor que ella mostraba abiertamente y que él mantenía oculto. Su dolor siempre le había pesado, atormentándole año tras año.
Justo cuando Brandon se recostó en el asiento, su teléfono comenzó a vibrar. Miró la pantalla: el nombre de Eugene aparecía en letras mayúsculas. Brandon contestó de inmediato.
—Sr. Watson, ha pasado algo, ¡y es malo! —La voz de Eugene temblaba de pánico.
Al principio, Brandon supuso que Vivian se había metido en otro lío. Su teléfono sonó con una nueva notificación antes de que pudiera darle vueltas al asunto.
—Sr. Watson, acabo de enviarle un enlace. Hay fotos en Internet: alguien ha filtrado imágenes de la Srta. Bennett en el hospital, ¡y su estado parece crítico!
Sin decir nada, Brandon terminó la llamada y se dirigió directamente a sus mensajes con Eugene. Apareció un enlace en su pantalla y las manos de Brandon temblaron mientras intentaba estabilizar el teléfono. Respiró profundamente y pulsó el enlace.
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