Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 762
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Capítulo 762:
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«¿Qué le ha pasado a Millie?», preguntó Brandon por fin, agobiado por su mal presentimiento.
Momentos antes, su conversación había girado en torno al tema de los hijos. ¿Podría estar relacionado el secreto con eso? Una pesada carga oprimía el pecho de Brandon, dejándole con la sensación de que entendía algo que estaba más allá de su alcance.
Giffard soltó una risita ahogada mientras observaba la expresión frenética de Brandon.
—¡Giffard! —gritó Brandon.
Giffard estalló en una carcajada incontrolable y salvaje, doblándose por la mitad mientras jadeaba en busca de aire. Para él, Brandon no era más que un patético tonto, engañado por las mentiras de Vivian. ¿Acaso la verdad aplastaría a Brandon con remordimientos una vez que saliera a la luz? Esa idea hizo que Giffard esperara ansioso ese momento.
Quería ver a Brandon desmoronarse, verlo consumido por el pánico, la inquietud, el miedo y, finalmente, la desesperación.
—¡Dilo, Giffard! Los ojos de Brandon se fijaron en él, con pánico creciente. El pulso le latía con fuerza en los oídos y le temblaban las manos como si el cuerpo se le fuera a desmoronar.
Sin embargo, Giffard solo se reía con más fuerza, con el rostro mojado por las lágrimas de diversión.
Con una fuerza repentina, Brandon agarró a Giffard por el cuello, cambiando el poder entre ellos en un instante. Donde antes Giffard había exigido respuestas a Brandon, ahora era Brandon quien estaba desesperado por sacar la verdad.
Esa desesperación solo aumentó la sombría satisfacción de Giffard.
—¿Te estás poniendo nervioso? —se burló Giffard.
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—¡Giffard! —La voz de Brandon se quebró por la tensión.
En lugar de responder, Giffard solo se rió aún más fuerte. —No estabas tan nervioso cuando te hice preguntas antes.
Antes de que Brandon pudiera volver a hablar, le empujaron la caja fuerte a los brazos. La confusión nubló su rostro mientras trataba de comprender la intención de Giffard.
Con una sonrisa astuta, Giffard dijo: «¿Aún recuerdas lo que pasó en Flesta?».
Brandon apretó los dientes, asintió con la cabeza y no apartó la mirada de Giffard.
«Entonces sabes cómo se deterioró la salud de Millie después de eso y lo mucho que le costó volver a quedarse embarazada», añadió Giffard.
Brandon volvió a asentir con la mandíbula apretada.
«Esa es tu contraseña», comentó Giffard, señalando la caja fuerte que Brandon ahora apretaba contra su pecho.
Giffard se enfocó a través de los ojos enrojecidos por las lágrimas de Brandon cuando este volvió su mirada hacia él.
«Piénsalo bien». El tono de Giffard se volvió escalofriante. «Recuerda todo lo que has ignorado. Piensa en lo que se te escapó de las manos, en lo que destruiste. Solo entonces podrás abrir esa caja fuerte y liberar la oscuridad que hay en su interior».
En su mente, Giffard quería que Brandon reviviera cada error. Quería que Brandon sintiera el peso de sus fracasos una y otra vez.
Y cuando la verdad más cruel saliera a la luz, cuando Brandon finalmente se diera cuenta de que había sido engañado y destrozado todo este tiempo, Giffard tenía la intención de grabar ese tormento en él tan profundamente que nunca se borraría.
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