Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 761
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Capítulo 761:
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«Cuando visitó a la señorita Bennett por segunda vez, solo quería explicarle. Sin embargo, para entonces, la señorita Bennett ya estaba…».
Las palabras se le atragantaron en la garganta y las dejó sin terminar. Recordaba con demasiada claridad lo que había ocurrido aquel día. Millie se derrumbó en el instante en que Brandon apareció ante ella.
«¿Ya qué?», espetó Giffard, respirando con dificultad mientras clavaba una mirada fulminante en Eugene.
Eugene no respondió, solo pudo lanzar una mirada impotente a Brandon. Brandon no dijo ni una palabra, su silencio era absoluto.
Giffard soltó una risa áspera y amarga. —Nunca entendí por qué Millie se preocupaba por ti. —Tenía los ojos inyectados en sangre y apenas podía contener la rabia—. Fuiste tú quien insistió en el divorcio. Presumiste de Vivian mientras Millie sufría durante meses. Ella finalmente encontró la fuerza para seguir adelante, pero tú no pudiste soportarlo. Cuando ella y Myron eran felices, tú la alejaste. Dijiste que Vivian era la única mujer a la que amabas, así que, ¿qué es esto ahora? ¡Dilo!».
Su furioso grito hizo vibrar la caja fuerte que tenía en la mano.
—Lo lamento —dijo Brandon por fin, con voz entrecortada—. No podía soportar verla con Myron. Pensé que tener un hijo podría cambiar las cosas. —Cerró los ojos con angustia—. Todo fue culpa mía.
—¿Un hijo? —La risa de Giffard sonó hueca, con incredulidad grabada en su rostro—. Brandon, ¿todavía te aferras a esa idea?
Una risa aguda y burlona brotó de Giffard cuando la imagen de Millie, ensangrentada y tendida en la sala de urgencias, se le vino a la mente. El recuerdo de ella aferrándose a la vida en la mesa de operaciones, con los médicos entregándole el aviso crítico, aún le quemaba por dentro.
En aquel entonces, había enviado a una enfermera a buscar la firma de Brandon en el formulario para poder proceder con la cirugía, ya que Brandon seguía siendo el marido de Millie, pero ella no regresó lo suficientemente rápido. Cuando se acababa el tiempo y Giffard salió a averiguar por qué, Alexia le dijo que había intentado llamar a Brandon varias veces, pero que él la había ignorado.
En ese mismo momento, Brandon estaba con Vivian.
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Fue el empujón de Brandon lo que provocó que Millie abortara. Y mientras Millie luchaba por su vida, Brandon permaneció al lado de Vivian, ajeno al sufrimiento de Millie.
Desbordado por la ira, Giffard espetó: «¿Te das cuenta de que…?».
Brandon levantó la cabeza, esperando el resto. Sin embargo, cuando Giffard lo vio así, la idea de mantenerlo en la ignorancia le pareció de repente más satisfactoria. Ver a Brandon sin saber que el hijo que tanto deseaba había sido destruido hacía tiempo por su propia mano era un castigo cruel en sí mismo. Dejar que buscara sin cesar una respuesta que nunca descubriría le proporcionaba a Giffard un sombrío placer.
«¿Qué intentas decirme?», preguntó Brandon con voz inquieta, el corazón latiéndole con fuerza por el miedo.
Algo en su interior le advertía de que estaba a punto de descubrir una verdad demasiado terrible como para afrontarla. Pero Giffard se mordió la lengua y miró a Brandon con una expresión tan retorcida que parecía estar mirando basura.
—¿Me estoy perdiendo algo? —preguntó Brandon, con ansiedad en su voz.
La caja fuerte traqueteó en las manos de Giffard, que la apretaba con fuerza. Se le había ocultado tanto a Brandon, y él no tenía ni idea. Solo esa caja fuerte en manos de Giffard contenía un secreto lo suficientemente grande como para destrozarlo.
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