Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 745
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Capítulo 745:
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Al percibir la preocupación de Barbara, Millie habló con suavidad. «Por favor, no te culpes. No es culpa tuya».
La responsabilidad recaía directamente sobre Brandon.
Millie, incapaz de quedarse más tiempo, se marchó con Myron, mientras que Barbara se quedó atrás. El equipo de Myron vigilaba de cerca, impidiendo que Brandon los siguiera.
En ese momento, Barbara irrumpió en el vestuario. Brandon había sido levantado y colocado de nuevo en su silla de ruedas, con el rostro pálido mientras alguien le secaba las gotas de sudor.
Sin dudarlo un instante, Barbara se acercó y le dio una fuerte bofetada en la mejilla. Rápidamente se formó un grupo de personas alrededor del alboroto, pero Barbara se mantuvo firme, con el corazón latiéndole con fuerza mientras miraba fijamente la furiosa mirada de Brandon, negándose a retroceder.
Normalmente, Barbara nunca se habría atrevido a enfrentarse a alguien tan influyente como Brandon, director ejecutivo del Grupo Watson, una de las tres principales empresas de Crobert. Pero su lealtad hacia Millie la hizo más valiente de lo habitual.
Desde el día en que Barbara se convirtió en la asistente de Millie cuando esta participaba en el programa «Heavenly Melody», Millie siempre le había mostrado una amabilidad genuina. Incluso cuando Barbara no sabía la verdad y alabó a Vivian delante de Millie al principio, Millie nunca se ofendió. Trabajar con Millie era muy fácil en comparación con otras celebridades, y siempre trataba a Barbara mejor que a cualquier asistente normal.
Poco a poco, Barbara había llegado a ver a Millie como algo más que una jefa: la consideraba una verdadera amiga. Aunque enfrentarse a Brandon fue un impulso repentino, no sentía ningún remordimiento.
La voz de Barbara resonó, temblando de ira. «¡Eres un desvergonzado, Brandon! ¿Te has dado cuenta de lo que le hiciste pasar a Millie la última vez? ¿Sabes el dolor que sufrió solo para recuperarse y volver a trabajar? ¿Y ahora estás aquí atormentándola de nuevo? Ella no quiere tener nada que ver contigo. Ahora está con el Sr. Elliott. Sea lo que sea lo que sientes, te lo mereces». La frustración alimentó su arrebato.
En ese momento, Barbara sentía sinceramente que Vivian y Brandon se merecían el uno al otro. Si seguían juntos, tal vez dejarían de amargar la vida a los demás. Vivian debería mantener a Brandon ocupado, para que Millie pudiera por fin encontrar algo de paz.
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Brandon estalló ante su acusación. —¡Tú!
«Sí, lo dije», respondió Barbara, sin ceder. «¿Qué crees que vas a hacer al respecto? Tú eres el que ha presionado para el divorcio. Tú, e , le has robado su canción solo para dársela a Vivian. Has peleado con ella por la tanzanita que había preparado para su futuro hijo. Has apoyado a Vivian y te has aliado con ella durante ese programa. Y tú fuiste quien la atacó como si ella no significara nada. Así que dime, Brandon, ¿qué parte de lo que he dicho no es cierto? Mírala. Mírala de verdad. Se está derrumbando delante de ti. Deja de hacerle esto».
Respiró hondo y luchó por mantener la voz firme mientras el peso de todo ello se acumulaba en su pecho. «Si sigues presionándola, no lo va a conseguir…».
Se detuvo, incapaz de terminar, y se dio la vuelta. Una fila de personas le bloqueaba la salida, pero ella les miró a los ojos con una mirada de acero.
«Dejadla pasar». Detrás de ella, Brandon finalmente habló.
Cuando los hombres de Myron se acercaron para escoltarla, la multitud se apartó, dejando un camino libre para que Barbara pudiera pasar.
Abandonado en el pasillo ahora vacío, Brandon se sentó en silencio. Las palabras de Barbara resonaban en su mente, junto con la mirada atormentada que acababa de ver en el rostro de Millie. No se le escapó el significado de las palabras de Barbara. Si las cosas seguían así, Millie podría perder realmente el control, o algo peor. Brandon se dio cuenta por primera vez de que no se trataba de una excusa inventada por Myron para ir a por él. Era la realidad.
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