Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 701
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Capítulo 701:
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«¿Qué demonios quieres?», preguntó Millie con voz temblorosa, llena de ira y desesperación. Intentó incorporarse, pero en cuanto se levantó, él la empujó hacia atrás.
«Ayuda…».
Millie apenas había pronunciado la palabra cuando él le tapó la boca con la mano, silenciándola.
El coche aceleró hacia adelante, con destino desconocido, y ella fijó la mirada en Brandon, sentado frente a ella.
Estaba hecho un desastre.
El hombre que normalmente llevaba cada mechón de pelo en su sitio ahora parecía un trapo revuelto, con manchas oscuras bajo los ojos y una sombra áspera que se extendía por su mandíbula.
Estaba claro que hacía mucho tiempo que no dormía bien.
Sus ojos inyectados en sangre ardían con una mezcla de emociones que ella no podía definir, emociones que parecían reprimidas y peligrosas, como si pudieran estallar sin previo aviso.
Esta versión de Brandon la inquietaba profundamente.
¿Qué pasaba por su cabeza?
¿Había perdido completamente el control?
Ninguno de los dos habló mientras el coche avanzaba a toda velocidad, con una tensión palpable entre ellos, hasta que entró en un aparcamiento subterráneo y se detuvo.
Sin previo aviso, la mano de Brandon volvió a tapar la boca de Millie antes de sacarla del asiento.
Millie se aferró a la puerta del coche con todas sus fuerzas, pero él se quitó la corbata y le ató las muñecas, obligándola a seguirle.
Cuando el ascensor comenzó a subir, el corazón de Millie latía con fuerza en sus oídos.
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¿Qué diablos se suponía que debía hacer ahora?
Millie cerró los ojos con fuerza, se obligó a estabilizar su respiración y a pensar. Solo había ido a recoger a Ari, pero Brandon la había interceptado justo a la salida del jardín de infancia.
La situación estaba clara desde el principio: había llegado en el coche que le había enviado Myron y, si Ari tardaba demasiado en ser recogida, seguramente despertaría sospechas. O bien el conductor o bien el personal de la guardería notarían que algo iba mal y empezarían a investigar.
Pero Millie no tenía ningún control sobre cuánto tiempo llevaría ese proceso.
Si el conductor asumía que ella y Ari estaban jugando dentro de la escuela o comiendo algo rápido cerca, la espera podría prolongarse indefinidamente antes de que se diera cuenta de que algo iba mal.
Depender únicamente del conductor o del personal de la escuela no era una opción. Incluso si finalmente se daban cuenta de que había desaparecido, necesitaba ganar tiempo y encontrar su propia manera de liberarse. Pero, ¿cómo podría hacerlo?
La corbata de Brandon alrededor de sus muñecas se le clavaba en la piel, causándole un dolor agudo e implacable. Su palma le tapaba la boca y podía sentir su aliento demasiado cerca para sentirse cómoda.
Había algo raro en él.
¿Qué le había llevado a actuar así?
En cualquier caso, en cuanto salieron del ascensor, supo que tenía que encontrar a alguien, a cualquiera, que pudiera ayudarla.
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