Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 70
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 70:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«Por muy cortos que sean mis días, o por muy difícil que sea el camino que tengo por delante, tu presencia me hace sentir intrépida», comentó mientras se encendían las luces del escenario, llenando el espacio con una sensación de esperanza.
Aún secándose las lágrimas, el presentador volvió al centro del escenario. «Vivian, esa actuación ha sido increíble. ¡Todo el público está conmovido! ¿Puedes decirnos quién es esa persona especial a la que te has referido?».
Vivian solo respondió con una sonrisa, su silencio más elocuente que las palabras, y las cámaras se detuvieron un momento antes de volver a Brandon, dejando el misterio en el aire. Se intercambiaron algunas palabras antes de que Vivian abandonara el escenario.
Los focos pronto se desplazaron mientras los concursantes se preparaban para sus actuaciones. Cuando terminó el primer cantante, llamaron a Millie para que se preparara. Por el pasillo del backstage, Millie avanzó y, inesperadamente, se cruzó con Vivian, que acababa de hablar con Brandon entre el público y se dirigía al backstage. Sus pasos se ralentizaron al acercarse la una a la otra.
«Serena», llamó Vivian, llamando la atención de Millie.
Millie vaciló por un instante y la miró. Una brillante sonrisa se dibujó en los labios de Vivian. «¿Te ha gustado? Mi actuación, quiero decir».
Millie soltó una suave risa. —La canción era maravillosa.
La sonrisa de Vivian se hizo más amplia. —Creo que mi canción debería demostrarte mi talento.
Millie solo respondió con una risa silenciosa. Vivian siguió hablando. «Más adelante, cuando se formen los equipos, ¿considerarías unirte al mío?».
Ese día se estrenó el programa, en el que se presentó al público a los concursantes y a los jueces y se incluyó un segmento para formar equipos. Cada uno de los tres jueces elegiría a cuatro concursantes, y se llevaría a cabo una selección mutua.
Una pregunta permaneció en los labios de Millie. «Ni siquiera he actuado todavía, ¿y ya me lo estás ofreciendo? ¿Y si arruino las posibilidades de tu equipo?».
Vivian respondió con confianza. «Espero que me elijas, ya que compartimos un adversario común». Se acercó, acortando la distancia entre ellas. Bajó la voz mientras se inclinaba y le susurraba: «Serena, ¿alguna vez te has preguntado por qué no puedes ser la novia oficial de Charles?».
Uʟᴛιмσѕ cαριᴛυʟσѕ єɴ ɴσνєʟaѕ4fαɴ.c🍩m
Millie levantó una ceja, desconcertada, revelando su confusión ante las palabras de Vivian.
¿Vivian realmente se refería a ella? Satisfecha con la reacción de Millie, Vivian se echó hacia atrás. «Hay alguien que se interpone en tu camino».
La pregunta surgió sin vacilar. «¿Quién?». Millie quería saber a qué estaba jugando Vivian.
La sonrisa de Vivian se hizo más amplia mientras abría lentamente la boca. «Es Millie Bennett. Ella es quien se interpone en tu camino».
La confusión se apoderó de los ojos de Millie mientras miraba a Vivian, sin saber qué decir. Vivian rápidamente ajustó su postura. «Puede que ahora lo dudes, pero algún día verás que estoy diciendo la verdad».
Mientras se preparaba para marcharse, Vivian bajó la mirada de forma significativa hacia el vientre de Millie y volvió a hablar. «Debe de ser una agonía perder a un hijo, ¿verdad?».
Vivian dejó esas palabras flotando en el aire y se alejó, con un silencio más profundo que cualquier otra cosa. Al final del pasillo, los miembros del personal llamaron a Millie, instándola a que se diera prisa, por lo que siguió adelante sin mirar atrás.
Unos pasos más adelante, Vivian miró por encima del hombro, con expresión triunfante, mientras veía alejarse a Millie. Cada detalle de su timing era intencionado. Había elegido cuidadosamente ese momento para revelar el supuesto secreto a Serena.
.
.
.