Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 699
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Capítulo 699:
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El asunto de la manipulación de las acciones del Grupo Watson por parte de Vivian y Oakley llevaba semanas en el aire. Hasta ahora no habían podido hacer nada, ya que Oakley aún no había vendido sus acciones y Vivian no había recibido ni un centavo de las ganancias.
Millie y Charles sospechaban que Oakley estaba esperando el próximo lanzamiento de productos del Grupo Watson antes de cobrar y maximizar sus ganancias, y tenían razón.
«Es curioso, Vivian ha estado muy callada últimamente», añadió Charles con una sonrisa de satisfacción en su tono.
Millie no pudo evitar reírse.
Sin embargo, una parte de ella se preguntaba por qué Vivian se había mantenido tan comedida desde su último incidente de autolesión.
No parecía propio de ella.
La verdad era que Vivian sí quería causar problemas. Simplemente no se atrevía.
En ese momento, estaba tumbada en una cama de hospital, con las extremidades sujetas por correas y el rostro pálido.
Eugene estaba cerca, hablando de su estado con el médico.
«Proceda con el tratamiento según su estado actual. Si no muestra progresos, tendremos que probar planes de tratamiento más agresivos», dijo Eugene con un firme movimiento de cabeza.
Vivian apenas se atrevía a respirar.
Últimamente, Brandon se había asegurado de que recibiera un tratamiento exhaustivo para su «depresión».
Cuanto peor parecía la enfermedad, más duros se volvían los métodos.
Sus gritos y sus forcejeos no cambiaban nada. Nadie acusaba a Brandon de crueldad.
Después de todo, ella misma había declarado estar deprimida y se había ingresado en el hospital por su propia voluntad. Brandon simplemente le estaba proporcionando cuidados, tratando su enfermedad paso a paso, siguiendo las normas al pie de la letra, sin dejar nada que pudiera cuestionarse.
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El peso de la desesperanza la oprimía.
Esta vez, se sentía realmente destrozada.
Aunque antes hubiera gozado de buena salud, ya no creía que fuera así ahora.
Un único recuerdo le impedía derrumbarse por completo. Guardaba un secreto que Brandon nunca le permitiría revelar.
Aquella reunión a la que asistió en aquel fatídico día hace un año era algo que él pretendía enterrar para siempre.
Cuando Eugene la miró, ella cerró los ojos y fingió estar dormida.
Las horas pasaron y el sol finalmente se puso en el horizonte.
Millie levantó la vista de su trabajo y vio el resplandor del atardecer a través de la ventana.
Un pequeño despertador en su escritorio sonó, indicando que era hora de recoger a Ari. Ordenó sus cosas y bajó las escaleras, donde Myron había dispuesto que un conductor la recogiera.
El interior del coche estaba lleno de adornos de Cute Puppy que a Ari le encantaban. Había cojines esparcidos por los asientos y un gran peluche de Cute Puppy esperaba en la parte trasera, listo para que Ari se acurrucara contra él.
Cuando la puerta del coche se cerró detrás de ella, Millie recordó haber visto a alguien esa misma mañana llevando varias alpacas vivas a la finca.
Las alpacas saltaban de una manera extrañamente entretenida.
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