Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 609
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Capítulo 609:
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La retransmisión en directo de Vivian había sido una sorpresa, y gran parte de ella había sido organizada en el último momento por Millie, con Elliott Group encargándose de los detalles.
Myron había elegido la foto de la segunda capa. Millie nunca la había visto antes.
Ahora, cuando el fuego comenzó a apagarse, la nueva foto quedó a la vista.
Estaba tomada junto al mar.
Millie, con un vestido azul vaporoso, estaba descalza en el agua poco profunda, salpicando las olas con las manos. Su rostro estaba lleno de alegría pura y sincera.
A su lado, Myron le sostenía los talones y la miraba con ojos tiernos, rebosantes de amor.
Se miraron el uno al otro: Millie, inconsciente de sus florecientes sentimientos, y Myron, que ocultaba los suyos en silencio.
Debía de haber sido tomada en su primera cita. Aunque la magnífica lluvia azul había cesado cuando se tomó la foto, aún quedaban rastros de ella. Gotas de lluvia azul permanecían en la arena, haciendo que la escena pareciera sacada de un cuento de hadas.
Millie se detuvo.
Contempló la foto, acariciando suavemente con los dedos su rostro sonriente, para luego detenerse en los ojos de Myron, esos ojos profundos y tiernos.
Nunca había visto esa foto antes.
No se había dado cuenta de lo feliz que parecía junto a Myron.
Él debía de haberla amado profundamente.
Las llamas habían consumido su pasado con Brandon. Ahora solo quedaba el presente.
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Sus ojos se posaron en una foto más pequeña colocada en el borde del marco: otra foto junto al mar, tomada en invierno, en una terraza de madera.
Era el momento exacto que Myron había descrito una vez: de pie bajo el cielo nocturno, contemplando la lluvia azul caer sobre el océano durante toda la noche.
Se le llenaron los ojos de lágrimas y el corazón le latía con fuerza.
Sonrió suavemente.
Myron siempre sabía cómo sorprenderla, cómo amarla de una forma que le proporcionaba paz.
El último resto de la foto de Brandon se quemó.
El dron sobrevolaba sus cabezas, sin dejar de grabarlo todo.
Esta ya no era la historia de Millie y Brandon. Ahora era la de Millie y Myron.
Dos parejas. Una perdida en el tiempo, la otra resplandeciente de amor.
Millie tocó el marco. No estaba demasiado caliente.
Desabrochó el cierre y retiró el marco superior quemado.
Al hacerlo, algo cayó.
Era un anillo, colgado de un fino alambre de metal.
Colgaba suavemente sobre la segunda foto, reflejando el sol y brillando sobre el mar, sobre ella y Myron.
Millie miró fijamente el anillo, con expresión distante. No se había dado cuenta de que Myron se había acercado por detrás.
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