Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 562
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Capítulo 562:
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Después de un rato, Millie se volvió a poner su ropa informal anterior y Myron se preparó para llevarla a casa. Pero tan pronto como llegaron a la entrada de la mansión Elliott, su camino fue bloqueado.
Era Brandon.
En cuanto Millie lo vio, su humor se agrió. Recordó la última vez que él había aparecido en su puerta sin avisar. ¿No había elegido ya a Vivian? ¿Por qué seguía apareciendo e interfiriendo en su vida? Y ahora, había venido a la casa de Myron.
Myron la sacó justo cuando Brandon daba un paso adelante.
Millie no quería entrar en discusiones. Tenía intención de pasar junto a él y dirigirse directamente al Bentley de Myron.
—¿Habéis vuelto a salir juntos? —dijo Brandon, con los ojos enrojecidos mientras la miraba fijamente a la cara.
—Obviamente —respondió Millie, sin reducir el paso.
Brandon notó un ligero enrojecimiento alrededor de sus ojos. Parecía que había estado llorando. Se le encogió el pecho. Quería preguntarle qué había pasado. Quería acercarse a ella. Pero ella le apartó la mano.
—¿Te ha enfadado? —preguntó Brandon, mirando a Myron con recelo.
«No», respondió Millie. Se acercó a Myron. «Brandon, estamos divorciados. No me toques».
Ese movimiento instintivo hacia Myron, sus palabras tranquilas y la facilidad con la que apartó a Brandon… Todo eso le impactó de golpe. Se le encogió el corazón.
—No lo olvides —dijo Brandon con voz ronca—. Sigues en competencia con Vivian. Los activos de la familia Bennett siguen en manos del Grupo Watson.
Millie se detuvo y lo miró.
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—Lo sé —dijo—. Y si has prestado atención, habrás notado que he estado trabajando duro para ganar.
Brandon se mordió el labio, con el dolor grabado profundamente en sus rasgos. Volvió a mirar a Myron.
—¿Así que esa es tu estrategia? —preguntó—. ¿Sales con él para que te ayude? ¿Es eso?
—Cuida tu lenguaje, Brandon —dijo Myron con dureza, colocándose delante de ella.
Millie levantó la mano, indicando que podía manejarlo.
Llevaba semanas ignorando a Brandon. Había sido paciente, esperando a que se completaran los trámites legales necesarios y, luego, a que se formalizara el divorcio. Creía haber sido clara. Pero Brandon parecía no entenderlo.
Si ese era el caso, era hora de ser más clara.
—No me insultes —dijo Millie—. Voy a ganar el concurso por mí misma. Habían estado juntos durante años, compartiendo innumerables días y noches. Y ahora él estaba frente a ella, acusándola de esa manera. ¿Era realmente el mismo hombre al que una vez había amado?
Antes de que Brandon pudiera hablar, ella continuó: «Ya estamos divorciados. No queda nada entre nosotros».
Se le cortó la respiración. El dolor en su rostro se intensificó. Sus ojos se nublaron por la emoción.
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