Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 520
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Capítulo 520:
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Peor aún, Rita sabía que Millie nunca querría que Brandon se enterara de que había estado viendo a un psiquiatra. Si ese detalle se filtrara, sería un error catastrófico para la institución.
Por suerte, Rita se mantuvo alerta e intervino justo a tiempo. Si no lo hubiera hecho, las cosas podrían haberse descontrolado fácilmente.
Por fin, el empleado del registro terminó de imprimir, guardó el documento en una carpeta y se lo pasó a Brandon por encima del mostrador.
«Gracias», murmuró Brandon, y luego le pidió al hombre que actualizara la dirección con la de su propio apartamento.
Rita se quedó en silencio cerca de él, manteniendo una expresión neutra. Se aseguró de que su mirada nunca se desviara hacia la pantalla del ordenador: no había visto ningún detalle confidencial.
Una vez resueltos los trámites, Brandon se marchó con la carpeta bajo el brazo.
Rita cogió algunos suministros del archivo, fingiendo un recado casual mientras se escabullía. Pero justo cuando doblaba la esquina, casi chocó con Brandon. Él le bloqueó el paso con una mirada calculada.
«¿Tienes un minuto para hablar?», le preguntó.
Rita apretó los documentos en sus manos y asintió con la cabeza. Luego, ella y Brandon se dirigieron a un rincón tranquilo del pasillo.
«He oído que eres médico aquí», dijo Brandon primero.
Rita volvió a asentir con la cabeza para confirmarlo.
«¿Qué es exactamente lo que quieres preguntarme?», le miró. «O… ¿qué te preocupa?».
Brandon la miró fijamente durante un momento. Finalmente, dijo: «Hay algo que no me queda claro».
Rita asintió de nuevo, indicándole que continuara.
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Pero la mirada de Brandon no se posó en ella. Miró a algún lugar lejano, con expresión tensa.
«Si amo profundamente a alguien, pero también le he hecho mucho daño… ¿qué debo hacer?», preguntó.
Rita lo miró, sin saber si se refería a Millie.
«¿Qué opciones tienes ahora?», le preguntó con delicadeza.
—Ella quiere marcharse, pero yo no quiero que se vaya. Quiero que se quede conmigo, así que he utilizado algunos… métodos para retenerla —dijo bajando la voz—. Métodos vergonzosos —añadió en silencio. Luego, volviéndose hacia ella de nuevo, le preguntó—: Si fueras tú, ¿qué harías?
Rita soltó un largo suspiro. «Amar a alguien no significa encadenarlo a tu lado. Si ella quiere irse, déjala. Si realmente la amas, ¿podrías soportar verla sufrir? Si estar contigo solo le causa dolor… ¿no sería más bondadoso dejarla ir?».
Se miraron fijamente, el silencio entre ellos lleno de emociones tácitas.
Desde fuera, podría parecer que había una respuesta clara. Pero Brandon no estaba preparado para aceptarla.
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