Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 50
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 50:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Apenas podía soportarlo y, en silencio, suplicó en su corazón: «Papá, mamá, ¿qué debo hacer ahora?».
Su cuerpo temblaba con sollozos hasta que no le quedaban fuerzas.
Mientras se deslizaba hacia la inconsciencia, extendió la mano, tratando de agarrarse a algo. Pero al final, sus dedos solo agarraron aire.
«¡Millie!», gritó Alexia, con la voz quebrada al ver cómo la mano de Millie desaparecía de su vista.
De repente, las luces de la escalera se hicieron más brillantes, iluminando un amplio charco de sangre que se extendía bajo Millie, empapando tanto su ropa como la bata blanca de Alexia.
Alexia se quedó paralizada por el miedo, incapaz de hacer nada más que llamar a los médicos una y otra vez, rogándoles que se dieran prisa.
Los médicos llegaron corriendo unos instantes después, trasladaron con cuidado a Millie a una camilla y la llevaron rápidamente a la sala de urgencias.
«Se pondrá bien. La sacaremos de esta», dijo un colega que solía llevarse bien con Alexia, dándole una suave palmada en el hombro para consolarla antes de salir corriendo.
Alexia permaneció inmóvil, con la mirada perdida en el suelo manchado de sangre.
No se movió hasta que llegaron los limpiadores y comenzaron a ordenar la zona. Fue entonces cuando se secó las lágrimas y corrió tras los médicos hacia la sala de urgencias.
En otro lugar, Brandon se subió al coche con Vivian. La puerta se cerró con un clic y él se abrochó el cinturón de seguridad, pero su mano se quedó suspendida sobre el contacto. No arrancó el motor.
Las imágenes de los ojos de Millie mientras caía por las escaleras se repetían en su mente.
Desde el asiento del copiloto, la voz de Vivian rompió el silencio. «Brandon, si sigues preocupado por ella, puedes volver. Estamos aparcados en el aparcamiento del hospital y, si subes las escaleras, la encontrarás. No me importa irme sola a casa».
Él no dijo nada, con los dedos apretando el volante con tanta fuerza que se le pusieron los nudillos blancos.
Últimos capítulos en ɴσνєℓαѕ𝟜ƒαɴ.𝒸𝓸𝗺
Vivian bajó la mirada y rebuscó en su bolso una toallita húmeda. Con cuidado, se limpió los labios, quitándose tanto el pintalabios como la mancha de sangre fresca que le había dejado la bofetada de Alexia.
Dejó la toallita manchada justo en la línea de visión de Brandon, dejándole ver las marcas rojas y rosadas mientras suspiraba. «No debería haber perdido el control y haberme peleado con la doctora Hussain aquí en el hospital. Nunca toqué a Millie, pero de alguna manera se cayó durante nuestra pelea…».
Vivian se inclinó hacia él y le cogió la mano, con lágrimas brillando en los ojos. «Lo siento, Brandon. Solo quería protegerte».
Brandon bajó la mirada hacia la mano que Vivian había colocado sobre la suya. Una extraña sensación lo invadió al aflorar un viejo recuerdo. Años atrás, cuando estaba abrumado por la preocupación y el dolor durante la enfermedad de su abuelo, fue Millie quien le tomó la mano así y lo consoló con suavidad.
Brandon aún podía recordar aquel día: él arrodillado, con la cabeza apoyada en el hombro de Millie. El siempre sereno Brandon Watson se había derrumbado, con lágrimas resbalando por sus mejillas y empapando la camisa de ella.
La mano de Millie le acarició suavemente el pelo y le dio unas palmaditas en la espalda, ofreciéndole un tranquilo consuelo mientras él se derrumbaba.
.
.
.