Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 473
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Capítulo 473:
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«Si el testimonio de Vivian resulta ser cierto y mantuvieron una relación puramente platónica, entonces quizá ella no sea la rompehogares que imaginábamos, sino solo alguien que hizo demandas irrazonables».
«Pero, ¿qué hay de la críptica respuesta de Brandon? Antes admitió que había sentimientos entre él y Vivian. ¿Es eso mera gratitud? ¿Quizás aprecio? En cualquier caso, parece deliberadamente vago y evasivo, pero prácticamente confirma que se divorció de Millie por todo este lío».
«Exactamente lo que pienso».
«Me muero por ver cómo llega esta telenovela a su gran final».
Mientras tanto, tras lidiar con una avalancha de crisis corporativas, Brandon se encontró ante la sencilla pregunta de Eugene sobre sus preferencias para el almuerzo.
Pero el hambre había abandonado por completo a Brandon, dejándolo con una sensación de vacío e inquietud. Murmuró algo sobre querer estirar las piernas abajo y le dijo a Eugene que pidiera lo que le apeteciera.
Eugene abrió la boca para protestar, pero luego lo pensó mejor y simplemente apretó los labios.
El asistente había soportado su propio día infernal. Después de sacrificar el sueño para navegar por las traicioneras aguas de la empresa, la actuación teatral de Vivian lo había llevado peligrosamente cerca de su límite.
Bueno, dado que Brandon le había dado carta blanca para elegir la comida, Eugene decidió darse el lujo de pedir algo carísimo que satisfaciera sus refinados gustos: dos raciones, una para Brandon y otra para él. Si Brandon no tenía apetito, ¡se saborearía ambas raciones con culpable placer!
Brandon llamó a su ascensor privado con un cansado apretón del botón. Las relucientes puertas se abrieron con precisión mecánica y, tras un momento de debate interno, su dedo se cernió sobre una selección de piso específica antes de presionar con tranquila determinación.
«Ding». El ascensor completó su rápido trayecto y anunció su llegada. Brandon salió del compartimento sin hacer ruido.
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Esta planta en particular bullía de energía frenética: los empleados hacían malabarismos con las llamadas telefónicas mientras se movían entre las estaciones de trabajo, y sus voces creaban una sinfonía de estrés profesional. Varios empleados le saludaron respetuosamente al pasar, aunque la mayoría permaneció completamente absorta en sus tareas críticas. La sinfonía constante de los teléfonos sonando resonaba en todo el espacio de trabajo.
Esta planta servía como centro neurálgico de las operaciones de gestión del valor de mercado de la empresa, mientras que justo al otro lado del pasillo se encontraba el prestigioso departamento financiero que la familia Bennett había establecido durante sus años dorados de influencia. Todas las personas a la vista se movían con un propósito urgente, y su dedicación era palpable en la atmósfera cargada.
Mientras Brandon observaba su incesante actividad, la presencia etérea de Millie parecía materializarse ante sus ojos cansados, como un fantasma de tiempos más felices. Ella había frecuentado estos pasillos en el pasado, tejiendo su brillantez estratégica entre bastidores con magistral precisión.
La pregunta lo atormentaba: ¿había sido testigo de la explosiva cobertura informativa de ese día? Si había observado sus torpes intentos por controlar los daños, ¿qué duro juicio emitiría?
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