Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 411
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Capítulo 411:
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La segunda publicación procedía de la cuenta personal de Millie. Incluía su recibo de compra de la tanzanita y la documentación oficial del archivo del Grupo Elliott.
Elliott Group lo volvió a publicar, confirmando que era auténtico.
Internet estalló.
De vuelta en Moonlit Estate, Brandon leyó todo en silencio, atónito. Ahora todo el mundo sabía la verdad: la tanzanita pertenecía a Millie. Pero solo él sabía lo que eso significaba realmente.
Era la piedra natal que ella había elegido para su hijo.
Recordó la primera vez que la vieron juntos. Su voz aún resonaba en su mente. «La tanzanita representa el amor y la eternidad. Se supone que la turquesa trae la victoria y el éxito. Si tuviera que elegir, me quedaría con la tanzanita. Porque me gustaría decirle a nuestro hijo que sus padres siempre lo querrán».
Le temblaban las manos mientras agarraba el teléfono.
Y, sin embargo, aquel día en la subasta, había superado públicamente su puja con 25 millones y le había arrebatado la piedra delante de todos, todo por el bien de Vivian.
Millie debía de pensar que le había regalado la tanzanita a Vivian.
La imagen de esa gema de color azul intenso, ahora guardada bajo llave en la caja fuerte de su apartamento, pasó por su mente.
Su brillo le atravesó el corazón como una puñalada.
El aire a su alrededor pareció desaparecer. Se le oprimió el pecho.
—¿Qué demonios está pasando ahora? ¿Vivian está causando problemas otra vez? —espetó Derek.
Pero Brandon solo negó con la cabeza.
Sin decir nada, se levantó y se marchó.
«¿Adónde crees que vas?», gritó Derek.
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Brandon no respondió.
Derek lanzó su bastón. Le dio fuerte a Brandon en la pierna.
Brandon tropezó, pero siguió caminando.
Mientras tanto, Seville y su equipo seguían avivando el fuego.
«Así que eso es todo. Millie donó la tanzanita a una organización benéfica. Todo se fue al traste solo porque la persona que pujó por ella resultó ser la amante de su marido».
«¿Quién podría quedarse de brazos cruzados ante eso?».
«¿Verdad? Vivian se aferraba a Brandon, vestida como una novia, ¡y aún así tuvo el descaro de pujar por la tanzanita de Millie!».
«Ponte en el lugar de Millie, ¡tú también perderías los nervios!».
«Por eso seguía subiendo la puja. Ahora todo tiene sentido».
«¡Así que Vivian es la otra mujer!».
«¿Y ahora culpan a Millie de todo? ¡Qué ridículo!».
«¿Y Brandon? Está completamente perdido».
«Si fuera yo, sacaría a esos dos infieles y los enfrentaría yo misma».
«¡Vivian, habla! No eres más que una descarada rompehogares. ¡Reconoce lo que has hecho y pide perdón!».
«¡Pide perdón, Vivian!».
En un instante, la opinión pública volvió a cambiar.
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