Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 340
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 340:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Por un momento, sus miradas se cruzaron, provocando un silencioso choque entre ellos, mientras los números rojos del panel del ascensor subían sin pausa hasta la undécima planta.
Por fin, Giffard soltó a Brandon, dejando que su brazo cayera a su lado.
Giffard esbozó una sonrisa despreocupada. «Vamos juntos. ¿Te importa llevarme?». Sus palabras dejaban claro que no tenía intención de subir después de que Brandon se marchara, y que esperaba que Brandon hiciera lo mismo y dejara a Millie sola.
Brandon miró a Giffard con frialdad antes de mirar al ascensor que esperaba.
Con un silencioso asentimiento, aceptó.
Llevar a Giffard con él le permitiría mantener el control de la situación.
Regresaron al Maybach.
Cuando las puertas se cerraron detrás de ellos, Eugene y el conductor al volante intercambiaron una rápida mirada de desconcierto, preguntándose en silencio qué drama acababan de presenciar.
Brandon se volvió hacia Giffard y le preguntó: «¿Adónde vamos?».
Giffard esbozó una sonrisa tranquila al conductor. «Al hospital Crobert, por favor». Luego se volvió hacia Eugene y Brandon, con tono ligero. «Se lo agradezco». Habló como si fuera lo más natural del mundo.
Brandon cerró los ojos, negándose a seguir participando en la conversación, y fingió dormirse mientras el coche se alejaba y se dirigía al hospital.
Giffard observó a Brandon, dudando antes de romper el incómodo silencio.
«No hay nada entre Millie y yo», dijo finalmente.
Brandon entreabrió un ojo y miró de reojo a Giffard.
—Lo hice a propósito —admitió Giffard, con una leve sonrisa casi burlona en los labios—. Ver cómo la tratabas me cabreó, así que te provoqué.
Brandon apretó los músculos de la mandíbula.
Solo disponible en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 para fans reales
—Lo que viste en el hospital… ella estaba herida y yo solo la estaba ayudando —explicó Giffard, con voz tranquila pero firme.
Brandon no se lo creyó ni por un segundo. Conocía demasiado bien a los hombres.
Giffard se limitó a encogerse de hombros, enfrentándose directamente al escepticismo de Brandon. —Es la verdad. Si no, no me molestaría en explicarlo.
Su expresión se tensó y su voz se volvió baja y sincera. —Mañana, después de que obtengas la sentencia de divorcio, hazme un favor: recuerda todo lo bueno que ella ha hecho por ti. No dejes que Vivian le haga la vida imposible.
La expresión de Brandon vaciló, y la incertidumbre se reflejó en su rostro antes de apartar la mirada.
«No soy tan cruel», respondió Brandon con tono tranquilo. «Vivian tampoco lo es». Mientras Millie se comportara, nadie le haría daño.
Giffard abrió los labios como para hablar, pero lo pensó mejor y se quedó en silencio, con la mirada perdida en el mundo más allá de la ventana.
Sin previo aviso, una estruendosa explosión de fuegos artificiales iluminó el cielo nocturno. La atención de la ciudad se dirigió hacia arriba, con los rostros iluminados por el brillante y resplandeciente espectáculo.
Brandon observó las explosiones de color en silencio, con una punzada de arrepentimiento en su interior. Esos fuegos artificiales habían sido su sorpresa para Millie, un plan para una despedida tierna bajo un cielo iluminado. Ahora, el gesto le parecía vacío.
.
.
.