Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 3
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Capítulo 3:
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El silencio se apoderó del coche.
Al cabo de un rato, Millie soltó una pequeña y suave risa.
Brandon cerró el puño y volvió la cara hacia la ventana.
Había momentos en los que solía imaginar cómo sería su hijo. Recordaba abrazarla por detrás, acariciándole suavemente el vientre y susurrándole: «Millie, ¿cuándo me darás un hijo?». Pero eso no había sucedido.
De todos modos, siempre podían volver a casarse en seis meses y empezar a planear tener un bebé.
Aún habría tiempo suficiente.
A Vivian, sin embargo, solo le quedaban seis meses.
Afuera, los transeúntes iban y venían.
Entonces Millie habló. «Solo una vez más, Brandon. ¿Estás completamente seguro de que quieres seguir adelante con el divorcio?».
Después de todo, ella había falsificado mensajes para incriminar a Vivian.
Odiaba a Vivian.
Con una risa seca, Brandon cogió el bolígrafo y firmó.
Nadie podía obligarlo. Ni siquiera ella.
Había dos copias del acuerdo.
Millie tomó tranquilamente su copia después de que él firmara ambas.
Ambos salieron del coche y se dirigieron al juzgado. Juntos, solicitaron el divorcio.
La próxima vez que volvieran allí, finalizarían todo y recogerían la sentencia oficial.
Una vez cumplidos todos los trámites, los dos salieron juntos del juzgado.
El sol ya brillaba con fuerza y el calor se posó sobre la piel de Millie.
Brandon observó a la gente que se movía a su alrededor.
No era difícil distinguir a las parejas que se casaban de las que se divorciaban.
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Algunas personas optaban por celebrar sus bodas en el juzgado.
Una pareja pasó junto a ellos, cogida de la mano.
La sonrisa de la mujer despertó algo en Brandon. Recordó esa misma mirada en el rostro de Millie un año atrás, cuando se casaron.
Brandon miró a Millie, pero su rostro estaba inexpresivo.
«Seguiré transfiriendo dinero a tu cuenta durante los próximos seis meses», dijo. «Y no le digas nada a mis abuelos».
No esperó una respuesta. Simplemente se dio la vuelta y se marchó.
Millie se quedó allí en silencio, viendo cómo su coche desaparecía tras la esquina.
Su taxi llegó poco después.
Y entonces, los dos coches tomaron direcciones opuestas.
Uno giró hacia Vivian Floral Design.
El otro se dirigió al Hospital Crobert.
Brandon entró en el estudio de Vivian, donde ella lo recibió con una sonrisa amable. Él le dijo: «Ya está hecho. No montó ninguna escena».
Mientras tanto, Millie entró en la sala de obstetricia y ginecología y se sentó en silencio frente al médico.
La doctora se acercó y corrió la cortina.
«Millie… ¿estás segura de que quieres interrumpir el embarazo?». Su mejor amiga y doctora, Alexia Hussain, la miró con preocupación. «Estabas tan decidida a tener un bebé. Incluso trabajaste muy duro para prepararte para la concepción…».
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