Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 279
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Capítulo 279:
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Levantó la mirada, siguiendo la dirección que ella había mirado momentos antes.
La araña en la esquina había terminado de tejer su telaraña, colocada justo en el centro, esperando en absoluta quietud.
Brandon se obligó a dejarlo pasar, reprimiendo el dolor que sentía en su interior.
Por fin comprendió la ira que ardía en los ojos de Millie aquella noche. Por ahora, le daría espacio, esperaría una mejor oportunidad, otro día, para decir lo que realmente importaba.
Cerró los ojos, respiró lentamente y luchó por recuperar la compostura.
Cuando finalmente levantó la vista, su rostro se había suavizado hasta convertirse en una máscara de calma. Brandon se deslizó en el asiento del conductor del Maybach, pero dejó el motor apagado, sentado inmóvil en la penumbra.
Su mirada se desvió hacia arriba, posándose en la única ventana iluminada del apartamento de Millie. No quería marcharse, no esa noche. Si lo único que podía hacer era quedarse allí sentado en silencio, tendría que ser suficiente.
Arriba, Millie terminó su baño y se estiró en la cama, con el pelo húmedo extendido sobre la almohada.
Vio su presencia merodeando abajo a través de la ventana, pero se negó obstinadamente a dejar que sus pensamientos se desviaran hacia él.
Afuera, el aire nocturno se colaba por la ventana entreabierta, trayendo consigo un ligero aroma a gardenia.
Y en silencio, sin que ninguno de los dos se moviera, la larga noche se deslizó. En algún momento de la noche, una breve lluvia había barrido la calle, dejándola reluciente de humedad.
A la mañana siguiente, mientras Millie miraba por la ventana, se dio cuenta de que la tormenta había pasado y el Maybach ya no estaba a la vista.
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Un único rectángulo seco destacaba sobre el oscuro pavimento empapado por la lluvia, una silenciosa señal de que el coche había permanecido allí refugiado hasta el amanecer.
Así que eso fue todo.
Millie respiró lentamente y decidió en ese momento dejar atrás el pasado y centrarse en vivir bien, pasara lo que pasara.
Los días se difuminaron.
Antes de que se diera cuenta, había llegado la cuarta ronda del concurso de talentos Heavenly Melody. Ya habían pasado veintisiete días desde que ella y Brandon solicitaron el divorcio.
Dentro del estudio de grabación, Brandon ya estaba allí, como lo había estado en las tres emisiones anteriores. Ocupaba exactamente el mismo asiento.
Myron, Jayceon y Adriana también aparecieron.
Vivian les saludó educadamente, pero el trío de la familia Elliott la ignoró, con expresiones frías. Cuando Vivian intentó acercarse, simplemente la esquivaron y se sentaron lo más lejos posible.
Una vez sentados, Adriana y Jayceon se enzarzaron inmediatamente en otra de sus interminables discusiones, con un agudo intercambio de palabras que no dejaba espacio para que los demás intervinieran.
Excluida, Vivian no tuvo más remedio que centrar su atención en Brandon.
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