Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 261
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 261:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«¿Acaso no es también mi hija?», espetó él. «¿Te estás escuchando?».
Millie apretó los puños. Quería responderle, pero se contuvo. Solo quedaba una semana para que se formalizara el divorcio. Solo siete días.
No podía permitirse complicar más las cosas ahora.
Además, Ari sería adoptada legalmente con el apellido de su madre. Brandon nunca tendría ningún derecho sobre ella.
Pero Brandon no había terminado. «Sé que Alexia y tú sois muy amigos, y me parece bien. Pero, ¿qué pasa realmente entre tú y Giffard?».
Millie levantó la vista, con expresión de incredulidad. —¿De verdad me estás acusando ahora? No hay nada entre nosotros.
Brandon soltó una risa amarga.
La miró fijamente a los ojos, con voz fría. —Lo vi con mis propios ojos. Tú y él estabais demasiado íntimos en esa habitación del hospital.
Millie se detuvo, recordando. Entonces lo comprendió.
«¿Así que eras tú el que estaba fuera de la puerta de la habitación del hospital?».
Él no respondió, solo la miró fijamente.
¿Se suponía que eso era una confesión? ¿Que la había pillado?
A ella le pareció absurdo.
Una risa se le escapó de los labios.
«¿Y quién eres tú para juzgarme?», preguntó con una leve sonrisa en los labios. «¿Crees que soy yo la que está equivocada? Tu aventura con Vivian es de dominio público. ¿Y ahora estás aquí, intentando darme lecciones sobre relaciones inapropiadas? ¿No crees que eso es un poco hipócrita?».
Nunca había habido nada inapropiado entre ella y Giffard. Se lo había dejado claro aquel día y no había pasado nada desde entonces.
Las mejores actualizaciones en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.cø𝓂
Pero aunque hubiera habido algo, ¿qué más daba?
Brandon apretó la mandíbula.
—Entonces, ¿quién es? ¿Giffard? ¿Charles? —preguntó tras una larga pausa—. ¿O alguien completamente diferente? ¿Cuál es el objetivo? ¿Ponerme celoso? ¿Hacer que deje a Vivian?
No se detuvo. —Ya te lo he dicho antes, Millie. Siempre serás mi esposa. Solo espera seis meses más. Vivian no estará en escena por mucho tiempo.
Suspiró, con voz aguda y claramente irritada. «Sea lo que sea, déjalo ya».
Millie se enfrentó al hombre que tenía delante.
La mitad de su rostro estaba en sombra, pero sus ojos seguían siendo vivos y penetrantes. Ella solía amar esos ojos, especialmente cuando la reflejaban, haciéndola sentir como si fuera el centro de su mundo.
Pero ahora, esos mismos ojos ocultaban a alguien capaz de decir cosas tan crueles. Estaba defendiendo a otra mujer mientras le decía que no armara un escándalo.
¿De verdad creía que ella le pertenecía, pasara lo que pasara?
El silencio se instaló entre ellos.
En la penumbra, lo único que brillaba era su pendiente, que reflejaba el tenue resplandor.
.
.
.