Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 253
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 253:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Ya fuera por las frecuentes miradas de Ari por encima del hombro o por la leve tensión en el aire, Millie sabía que Brandon seguía observándola.
Suspiró y apartó ese pensamiento de su mente.
Fuera lo que fuera, no duraría. Una vez que se formalizaran los papeles del divorcio, todo habría terminado, no quedaría nada que los uniera.
Giffard los observaba en silencio, con un torbellino de emociones en su pecho.
Había visto los rumores sobre Millie y Charles.
Sabía que Millie no estaba interesada en Charles, al menos no románticamente. Ella nunca engañaba a la gente.
Pero, como hombre, Giffard podía decir que Charles definitivamente sentía algo por Millie.
Y, si era sincero, una pizca de celos se había apoderado de él. En secreto, esperaba poder estar a su lado como lo estaba Charles.
Aun así, le deseaba felicidad.
Su mirada se desplazó hacia Ari, que había apoyado la cabeza en el hombro de Millie. Con delicadeza, le dijo: «Ari, ahora vendrás conmigo a que te haga un chequeo, ¿de acuerdo? Si notas algo raro, dímelo».
Ari se volvió y lo miró con ojos grandes y confiados. «De acuerdo. Gracias», respondió en voz baja.
Las revisiones continuaron.
Cuando terminaron las pruebas, Millie llevó a Ari a casa.
Cocinaron juntas la cena, comieron y se acurrucaron en el sofá para ver dibujos animados. A Ari le encantó.
Vieron dibujos hasta que oscureció. Cuando llegó la hora de llevar a Ari de vuelta, la niña parecía indecisa durante todo el trayecto, mirando a Millie una y otra vez.
Millie podía ver la pregunta formándose en sus labios.
Lo nuevo está en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒ𝒶𝓷.𝒸ø𝓂 disponible 24/7
«¿Qué pasa, Ari?», preguntó Millie, aparcando el coche y volviéndose hacia la niña.
La voz de Ari era apenas un susurro. «Ese hombre de hoy… ¿quién era? Parecía conocerte».
Millie no respondió de inmediato. Miró a los ojos de Ari, tan grandes y sinceros.
Afuera, una brisa agitaba las hojas.
Las farolas proyectaban un suave resplandor sobre los transeúntes, cuyas risas se desvanecían en la quietud del coche. Todo parecía extrañamente lejano.
¿Debería decirle la verdad a Ari?
Después de un momento, asintió para sí misma.
Ari pronto viviría con ella. El pasado no permanecería enterrado. Además, Brandon podría volver a aparecer.
Y Ari no era como la mayoría de los niños: entendía más de lo que la gente creía.
Así que Millie le tomó la mano y le dijo: «Es mi marido».
Ari parpadeó sorprendida.
.
.
.