Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 209
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 209:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Seville no respondió. La conmoción aún no había desaparecido. Millie también se quedó callada, comprendiendo lo que estaba pasando. Las palabras de Alexia habían tocado una fibra sensible. Seville había admirado a Vivian en el pasado, tal vez incluso la había idolatrado. Y Millie sabía que cuando alguien a quien admiras cae de ese pedestal, lleva tiempo aceptarlo.
Sin decir nada más, Millie siguió a Alexia al interior del apartamento. El barrio al que habían entrado se había puesto de moda en los últimos años, conocido por sus calles limpias y sus instalaciones de alta gama. La mayoría de los residentes eran profesionales: expertos en tecnología, ingenieros de software y desarrolladores con lucrativas opciones sobre acciones y profundas conexiones en la industria. Dinero tranquilo. Dinero inteligente.
La casa en sí tenía un diseño elegante y moderno, minimalista, casi frío. Desprendía el ambiente de alguien preciso y basado en datos, como un arquitecto de software sin tiempo para el desorden. Definitivamente, no era el estilo de Seville. Millie volvió a mirar a Seville. Estaba allí de pie con su llamativa camiseta de anime, cubierta de dibujos de colores vivos, completamente fuera de lugar en ese entorno tranquilo y apagado.
Al darse cuenta de su mirada, Seville salió rápidamente de sus pensamientos. «Oh… eh, esta no es mi casa», dijo, frotándose la nuca. «Es de mi hermano. Él es el que se encarga de la recuperación de datos».
Para entonces, Alexia ya había llevado a Millie por el pasillo hasta una puerta cerrada. Llamó suavemente.
«Adelante», dijo una voz masculina desde dentro.
Alexia abrió la puerta. La habitación reflejaba el diseño minimalista del resto de la casa —líneas limpias, colores apagados—, pero estaba repleta de aparatos electrónicos. Los cables, monitores y discos duros cubrían los escritorios. Parecía más un laboratorio tecnológico que un espacio habitable.
Alexia miró rápidamente a Millie antes de dar un codazo a Seville para que entrara primero. Quizás a la persona que estaba dentro no le gustaba que la interrumpieran… o simplemente tenía mal genio.
—Hola, tío, ¿has recuperado los datos? —preguntó Seville con naturalidad, entrando como si fuera el dueño del lugar—. Los he traído.
Continúa tu historia en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 con sorpresas diarias
En cuanto habló, Alexia dio un suave codazo a Millie y las dos se dirigieron hacia el centro de la habitación.
«Casi terminada», respondió el hombre sin levantar la vista. Llevaba gafas de montura negra y estaba concentrado en la pantalla que tenía delante. Millie observó cómo la barra de progreso avanzaba hasta completarse. Entonces, con un pequeño clic, terminó.
El hombre se giró en su silla. —Ya está listo. Pueden revisarlo y ver qué necesitan o quieren guardar. —No saludó, no hizo ninguna pregunta, solo se hizo a un lado para que pudieran echar un vistazo. Su actitud era precisa, distante, casi robótica.
Alexia se señaló a sí misma. «¿Quieres que lo haga yo?». Como el teléfono era de su amiga, tenía sentido que Alexia se encargara de ello en lugar de dejar que otra persona rebuscara entre los archivos.
«Sí, adelante». Seville asintió con la cabeza y se apartó para charlar en voz baja con su hermano.
Millie se quedó cerca, con la mirada fija en la pantalla, mientras Alexia empezaba a hacer clic en las carpetas. La habitación se sumió en un silencio inquietante, solo roto por los suaves clics del ratón.
«Esa es Millie», le susurró Seville a su hermano. «La esposa de Brandon… y también Serena».
.
.
.