Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 206
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Capítulo 206:
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La frustración estalló en ella y gritó: «¿Qué es exactamente lo que quieres de mí?».
La voz de Brandon era baja, aguda y amenazante. «Cuida lo que le dices al abuelo y a la abuela. Millie, no me des más motivos para odiarte».
A Millie se le escapó una risa sarcástica. Respondió con frialdad: «¿Y quién eres tú para hablarme así? ¿Me estás hablando como mi futuro exmarido?».
La respuesta de Brandon fue un ladrido áspero. «¡Millie!».
Un tono duro se deslizó en su voz. «Quítame las manos de encima». Su mirada era inquebrantable. «¡A menos que seas el tipo de hombre que solo sabe intimidar a los demás con fuerza bruta!».
Sus voces resonaron entre los árboles, lo que hizo imposible que Matthew siguiera ignorando la discusión. Aunque consideró intervenir, solo logró soltar un suspiro de cansancio.
Una mirada de decepción se dibujó en el rostro de Matthew mientras observaba a la pareja discutir en la distancia. «Esperabas que una noche juntos les ayudara a hablar las cosas y seguir adelante, señora Watson», murmuró, sacudiendo la cabeza y dejando escapar un profundo suspiro. «Ahora sus problemas parecen peores que nunca. ¿Qué diablos se supone que debemos hacer ahora?».
Aún pensativo, observó a Millie y Brandon caminar hacia la villa, con su discusión lejos de terminar. No queriendo interferir, mantuvo una distancia prudente detrás de ellos.
La mañana llegó con una tensión tácita en la mesa del desayuno. Millie y Brandon no intercambiaron ni una palabra mientras comían. Más tarde, cuando Millie se sentó con Derek y Norma, hábilmente eludió el tema de la tanzanita de la subasta y, en su lugar, comenzó hablando de la invitación de Charles y explicó rápidamente sus planes de adoptar a Ari.
Derek y Norma no se opusieron al deseo de Millie de inscribir el nombre de Ari bajo el de su madre en el registro.
En su opinión, a pesar de las acaloradas discusiones y los enfrentamientos, el matrimonio de Millie y Brandon seguía en pie. Con el tiempo, todos los malentendidos podrían solucionarse y la promesa de tener hijos seguía en el horizonte. Los recuerdos de la reciente cercanía entre marido y mujer perduraban: los labios de Brandon aún daban testimonio de ello. Además, ninguno de los dos tenía aún la edad suficiente para una adopción formal, por lo que esta era la única solución viable. Dar la bienvenida a otro niño a la familia no parecía una carga. Si Millie se sentía atraída por cuidar de Ari, entonces su esperanza era simple: ella dedicaría todo su amor y atención a criar bien a la pequeña.
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«Cuando tengas oportunidad, Millie, trae a Ari a visitarnos». Derek le hizo un suave recordatorio.
Millie sintió cierta reticencia, pero sabía muy bien la influencia que tenía el Grupo Watson en Crobert. Si Derek deseaba ver a Ari, nada podría detenerlo. Millie decidió que era más inteligente aceptar sus condiciones. De esa manera, podría controlar los detalles de sus encuentros. Además, Derek nunca le había parecido alguien capaz de recurrir a tácticas tan bajas. Ella le respondió con un silencioso asentimiento.
Al captar ese gesto, Brandon se sintió aún más seguro de sus sospechas. Sin embargo, no dejó traslucir nada, simplemente bajó la mirada y permaneció en silencio frente a Derek.
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