Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 18
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 18:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Él no la miró. Toda su atención estaba puesta en Vivian.
Antes de que Millie pudiera hablar, Charles intervino.
«Señorita Simpson, Eva no tiene intención de vender esta canción en concreto. Creo que ya se lo he explicado», dijo.
Vivian lo ignoró. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se volvía hacia Millie.
«Pero Eva, me encanta», dijo, con el rostro ligeramente crispado, como si sintiera dolor.
Brandon se movió a su lado, con evidente preocupación.
Aun así, Vivian se enderezó y continuó, con la mirada fija en Millie. «Solo me quedan seis meses. Te lo pido, por favor, ayúdame a cumplir este último deseo».
Millie soltó una breve risa.
Otro último deseo, ¿eh?
Cuando Brandon le pidió el divorcio por primera vez, fue porque el último deseo de Vivian era casarse con él. Ahora, este era otro.
Millie no se tomaba la idea de la muerte a la ligera. Entendía lo grave que era. Pero, de alguna manera, siempre acababa siendo ella a quien se le pedía que renunciara a algo. Y no se atrevía a cumplir los deseos de alguien que había cruzado una línea en su matrimonio.
Que Millie no estuviera muriendo no significaba que sus sentimientos no importaran.
—¿Y si digo que no? —preguntó con voz baja y áspera.
Vivian se quedó atónita.
—He oído hablar de su situación, señorita Simpson —continuó Millie con calma—. Su enfermedad ha llamado mucho la atención. Pero vender mi canción es mi decisión. No estoy obligada a concederle su último deseo. Y, francamente, ni siquiera entiendo qué piensa hacer con ella.
Hizo una pausa y luego añadió: «¿Es para una de sus transmisiones en directo? ¿O… para su funeral?».
Solo disponible en ɴσνєʟα𝓼4ƒαɴ.c♡𝓂 de acceso rápido
—Tú… —jadeó Vivian, rompiendo a toser.
Brandon se acercó a ella y le dio unas palmaditas suaves en la espalda. Luego miró a Millie con ira.
Era la primera vez que la miraba desde que ella había entrado en la habitación.
«¿No crees que has sido demasiado dura?», le preguntó con dureza.
Tenía el ceño fruncido y la mirada fría. Apretaba los labios y todo su rostro reflejaba ira.
Millie lo miró.
Se había cambiado de ropa. No llevaba el traje de ayer.
Recordó haber combinado sus chaquetas con camisas y corbatas a juego en el gran armario de su casa. Y él llevaba uno de esos conjuntos.
Debía de haber vuelto a casa. Debía de haber visto que ella se había mudado.
Sin embargo, nada en su expresión indicaba que le importara.
Que así fuera.
Millie se incorporó, con la cabeza inclinada hacia abajo detrás de las lentes oscuras de sus gafas de sol. No volvió a mirarlo.
—Creo que lo realmente cruel es intentar obligar a alguien a vender algo de lo que se niega a desprenderse —dijo en voz baja—. Si decides hacerlo, debes esperar que no todo el mundo responda con educación.
Brandon frunció aún más el ceño, y el disgusto en su rostro se hizo más profundo.
.
.
.