Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 128
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 128:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Al mirar a Millie, Charles no vio más que calma, y su ira se convirtió en profunda preocupación.
Todos eran conscientes de que, aunque la subasta fuera privada dentro de aquellas paredes, en cuanto terminara, todo se haría público. Ningún periodista, y mucho menos Vivian, dejaría escapar una noticia así.
Como esposa de Brandon, Millie sería el tema de conversación de la ciudad para entonces, ridiculizada por todos. Además, la gente no tenía ni idea de que Serena y Millie eran la misma persona.
Si la verdad salía a la luz, solo sería más humillante para Millie. Charles ni siquiera quería imaginar las consecuencias.
Millie se limitó a mirar a Brandon, con la expresión oculta tras la máscara blanca, imposibilitando adivinar sus sentimientos.
Siete años habían bastado para convertir a Brandon en alguien a quien apenas reconocía, capaz de trasladar toda su antigua ternura hacia alguien nuevo. Un recuerdo pasó fugazmente por su mente: Brandon en aquella subasta privada hacía siete años, con la mano derecha en alto mientras pujaba.
Por fin, los labios de Millie esbozaron una leve sonrisa irónica, con los ojos fríos y distantes.
—Serena, ¿quieres seguir pujando? —preguntó Charles, con voz tensa por la preocupación.
Solo una sonrisa tranquila le respondió. Millie no parecía molesta por la demostración de dinero e influencia, su sonrisa nunca vaciló.
Las luces de colores giraban mientras el subastador gritaba con energía: «¡La subasta aún no ha terminado! Por favor, sigan pujando». Pero su atención nunca se apartó del asiento marcado con el número 823.
Todos los ojos la seguían, ansiosos por ver qué decisión tomaría la mujer que ocupaba ese número.
Al momento siguiente, una mano se alzó desde la oscuridad, levantando la paleta marcada con el número 823.
𝑆𝒾𝑔𝓊𝑒 𝓁𝑒𝓎𝑒𝓃𝒹𝑜 𝑒𝓃 ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c🍩𝗺 para seguir disfrutando
Inmediatamente después se produjo una nueva puja.
La pantalla sobre el escenario cambió, mostrando una nueva oferta: cinco millones de dólares.
Atónito, el subastador se quedó mirando el número y luego miró al postor del segundo piso, comprobándolo dos veces para asegurarse.
Finalmente, su voz resonó para que todos la oyeran. «¡El postor número 823 sigue en el juego con una nueva puja de cinco millones!».
Todo el público estalló en caos.
«¿Sigue pujando? ¿Qué está tratando de demostrar?».
«Brandon ya ha dicho que seguirá pujando pase lo que pase, ¿y ella no se echa atrás?».
«¿De verdad cree que puede superar la puja de Brandon?».
«El precio ya se ha disparado a cinco millones, pero la tanzanita en sí solo vale un millón. Si alguien la compra ahora, ¡está pagando cinco veces más de lo que vale!».
«¿Qué está pasando aquí realmente?».
.
.
.