Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 113
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Capítulo 113:
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Luego añadió: «Así que es curioso que hayamos visto tanzanita ahora».
Él volvió a mirar la piedra y preguntó: «¿Piedras natales? ¿Significan algo?».
«Al parecer, la tanzanita representa el amor y la eternidad. Se supone que la turquesa trae la victoria y el éxito», respondió Millie. «Si tuviera que elegir, me quedaría con la tanzanita».
Ella se volvió hacia él con una sonrisa más suave. «Porque quiero decirle a nuestro hijo que sus padres siempre lo querrán».
Él levantó una ceja y bromeó: «Entonces me quedo con el turquesa. Solo quiero que nuestro hijo tenga éxito. Que siempre gane».
A ella no le gustó eso. Él intentó suavizar las cosas: «De cualquier manera, nuestro hijo se merece lo mejor».
Pero a ella no le importaba nada de eso. Cuando él se ofreció a comprar la tanzanita, ella se molestó, así que él dejó el tema.
Condujeron a casa en silencio, pero la tensión se disipó una vez que el coche se detuvo. Desde el coche hasta el dormitorio, no hablaron mucho. Lo que siguió fue apasionado y ardiente.
Aún podía verlo claramente: la forma en que se movía, el calor de su piel, el aroma que permanecía en su cuello. Y ese pequeño lunar justo encima de su pecho, siempre le había gustado.
Brandon cerró los ojos. Se le hizo un nudo en la garganta. Cogió su copa y bebió lentamente.
¿Quién había acabado comprando esa tanzanita? ¿Y cómo había llegado hasta aquí, a esta subasta benéfica?
Justo cuando el peso en su pecho comenzaba a disminuir, una mano se extendió desde el asiento contiguo. Unas uñas pintadas de un tono pálido como la luz de la luna se curvaban alrededor de una paleta de puja, con elegancia, deliberadamente y en silencio.
«Tras la oferta del postor 888, ¡el postor 823 ha entrado con novecientos mil dólares!».
Brandon y Vivian giraron la cabeza.
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El asiento, la mano que sostenía la paleta… solo podía ser Serena.
En un instante, toda la sala se agitó de nuevo. Las conversaciones estallaron por toda la villa, y el ambiente se llenó de curiosidad.
«Brandon no ha asistido a una subasta benéfica en persona en dos años, y esta es su primera puja esta noche. ¿Quién sería tan tonto como para enfrentarse a él?».
«Exacto. La tanzanita es bonita, claro, pero no es una joya única. Yo no me molestaría».
«Yo tampoco. Si fuera un diamante azul, quizá habría levantado la mano».
«Creía que había sido Vivian quien había pujado, no Brandon».
«Da lo mismo. Ella utilizó la paleta de Brandon y él se lo permitió. Es lo mismo».
Todos asintieron con la cabeza. Así funcionaban las cosas en su mundo.
A menos que un artículo fuera raro o simbólico, se esperaba deferencia.
«Lo he comprobado. La segunda persona que pujó es la mujer que acompañaba a Charles, se llama Serena».
Esta nueva información causó revuelo entre los asistentes.
«¿Qué pasa? ¿Charles está tratando de provocar a Brandon?».
«Es difícil de decir. Charles siempre ha sido impredecible. No se sabe qué está pensando ahora».
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