Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 1116
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Capítulo 1116:
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Empujó la puerta y se colocó justo delante del enorme escritorio de Brandon, mirándolo con ira mientras él revisaba tranquilamente unos documentos. Estaba demasiado enfadada como para articular palabra.
Brandon ni siquiera se molestó en levantar la vista hacia ella. Simplemente siguió leyendo sus archivos con total concentración, dejándola allí de pie, sumida en su propia frustración.
Los dos permanecieron enzarzados en este silencioso enfrentamiento, sin que ninguno de los dos estuviera dispuesto a ceder primero.
La oficina permaneció en un silencio inquietante, salvo por el ocasional sonido de Brandon pasando las páginas.
Finalmente, el teléfono de la mesa sonó, rompiendo el tenso silencio. Brandon se inclinó con naturalidad y pulsó el botón del altavoz. La voz de Eugene llenó la habitación.
—Sr. Watson, por mi parte todo se ha gestionado con éxito. Los fondos de inversión de la Srta. Watson en cobre se han retirado por completo. He supervisado personalmente todo el proceso para asegurarme de que no hubiera errores —informó Eugene con eficiencia—. Estoy preparando los datos financieros detallados para llevarlos a su oficina ahora mismo.
«De acuerdo», respondió Brandon secamente antes de colgar.
Babette había permanecido allí en silencio durante lo que le pareció una eternidad, y finalmente no pudo contenerse más.
«Brandon, puede que tú seas el director general, ¡pero yo soy la que ha construido todo ese departamento desde cero! ¡No tienes derecho a hacerme esto!», exclamó.
Brandon mantuvo su atención fija en los documentos que tenía delante, sin prestar atención alguna a su arrebato.
La frustración de Babette llegó a su punto álgido y las palabras salieron a borbotones. «Siempre has predicado sobre ganar de forma justa mediante la habilidad y el trabajo duro, ¡pero tú eres el que está completamente sesgado! ¡Has estado ayudando a Millie entre bastidores todo este tiempo! ¿Cómo se supone que voy a competir de forma justa si sigues saboteándome?».
Solo entonces Brandon dejó de leer. Levantó lentamente la vista para mirar a Babette, con una expresión completamente indescifrable. «¿De verdad sigues creyendo que tienes posibilidades de ganar?», preguntó en voz baja.
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Babette lo miró con determinación desafiante.
«La subida del precio del cobre no fue más que un desafortunado accidente», insistió con fuerza. «He hecho que mi gente lo investigue a fondo. La empresa minera ocultó deliberadamente información crucial a todo el mundo. ¡Millie simplemente tuvo suerte esta vez! ¡Fue pura coincidencia y nada más! No es que tenga realmente talento o habilidad. Y déjame ser muy clara: ¡lo que ha pasado no es culpa mía en absoluto!».
Las palabras salieron de Babette con ansiedad, pero Brandon permaneció completamente inmóvil y en silencio, simplemente observándola hasta que finalmente se quedó sin aliento.
«¿Ya has terminado?», preguntó cuando ella se calló.
Babette apretó los labios con fuerza, negándose a decir otra palabra.
«Entonces, según tu razonamiento, ¿ganar el proyecto de Yaroslav Technology fue solo suerte de Millie, y la inversión en cobre también fue pura suerte por su parte?», preguntó Brandon con calculada calma.
«¡Exactamente! Cada vez que tiene éxito es por casualidad, o tal vez con Yaroslav Technology, ella y Foley en realidad…». La voz de Babette se apagó al ver la expresión repentina, aguda y peligrosa de Brandon.
—¿Y qué hay de las inversiones en oro? —insistió Brandon sin piedad—. ¿Ese éxito también fue solo suerte?
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