Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 1104
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Capítulo 1104:
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Sus palabras aún resonaban en su mente: «Nunca podría traicionar a Foley de esa manera. Ha hecho mucho por mí a lo largo de los años. Si no fuera por su ayuda y… bueno, digamos que mi madre podría no estar viva hoy. Señorita Watson, lo siento de verdad, pero no puedo ser el tipo de persona que olvida de dónde viene. Quizás haya oportunidades para que trabajemos juntos en el futuro».
La negativa se había expresado con cortesía y respeto, envuelta en palabras suaves. Pero bajo ese tono amable, su decisión era firme como el acero.
Babette estuvo a punto de lanzar su teléfono al otro lado de la habitación por la frustración.
De hecho, ya lo había hecho varias veces ese día, y su pobre teléfono estaba pagando las consecuencias.
Mientras estaba allí sentada, furiosa, aún asimilando el rechazo, se oyó un golpe en la puerta de su oficina.
Respiró hondo y pidió a quienquiera que fuera que entrara.
Eugene apareció en la puerta, con su expresión tan profesional e indescifrable como siempre. —Señorita Watson, el señor Watson ha solicitado que acuda a su oficina inmediatamente.
A Babette se le hizo un nudo en el estómago. Todos sus instintos le gritaban que se negara, que pusiera alguna excusa, pero la mirada inquebrantable de Eugene no dejaba lugar a discusión. Con pasos renuentes, lo siguió por el pasillo hacia la oficina del director ejecutivo.
Dentro de ese espacio intimidante, Brandon estaba sentado estudiando el flujo constante de artículos de prensa sobre Millie y Yaroslav Technology. Su rostro no revelaba absolutamente nada de lo que pudiera estar pensando.
La puerta de la oficina se abrió con un suave clic.
—Señor Watson, la señorita Watson ha llegado —anunció Eugene con su tono formal.
Brandon giró en su silla para mirar a Babette, que estaba de pie justo dentro de la puerta con la mirada fija en el suelo.
Con un gesto sutil, Brandon despidió a Eugene, quien se marchó inmediatamente, cerrando la puerta tras de sí y dejándolos solos en la amplia oficina.
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Brandon la observó durante un largo rato sin decir nada. Babette sintió el peso de su mirada aplastándola. Por dentro, ardía de frustración, pero ella…
Mantuvo la boca cerrada.
Los segundos se convirtieron en minutos. Tres minutos completos de silencio sofocante.
—Tienes que dejar esto, Babette. Te he advertido que este camino solo te llevará a tu propia humillación al final. —La voz de Brandon finalmente rompió la tensión.
Babette se negó a ceder. Sus palabras solo avivaron el fuego que ardía en su interior.
«¡Ha tenido suerte, eso es todo!», replicó desafiante, alzando la voz. «¡Y aún no ha ganado nada! ¡Todo esto todavía está en juego!».
Brandon se limitó a mirarla. Sus ojos oscuros eran como aguas profundas, imposibles de leer, pero de alguna manera aterradoras. Aun así, Babette mantuvo su mirada, con la furia bullendo peligrosamente cerca de la superficie.
—¡Todo el mundo la sigue ayudando! —la voz de Babette sonó más alta de lo que pretendía—. Primero fuiste tú, cuando ella todavía estaba en Watson Group, protegiéndola constantemente. Ahora es Myron quien la colma de apoyo y recursos. Y Yaroslav Technology la eligió a ella por encima de todos los demás… Quién sabe qué trucos utilizó Millie, o qué tipo de relación inapropiada podría tener con Foley a puerta cerrada…
—¡Ya basta! —La orden tajante de Brandon interrumpió su frase antes de que pudiera terminar de expresar la desagradable insinuación.
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