Mimada por el despiadado jefe clandestino - Capítulo 664
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Capítulo 664:
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Laura había mantenido en secreto su enfermedad genética durante años, con la esperanza de proteger a Khloe de esa carga.
Pero el destino tenía otros planes: Khloe estaba ahora envuelta en ellos, quisiera o no.
La voz de Khloe, normalmente distante y serena, adquirió una dulzura poco habitual. «Mamá, no te preocupes. He descubierto la verdad que se esconde detrás de todo: todo está relacionado con la familia Dayton. Y con las pruebas que tengo, no son nada».
Después de tranquilizar a Laura, Khloe centró su atención en Henrik, que estaba separado por la cortina. Su expresión se volvió severa e inquebrantable. Sin dudarlo, comenzó a monitorizar el estado de sus órganos en tiempo real. Tenía que asegurarse de que cada fragmento de información de Henrik y Laura contribuyera directamente al desarrollo del medicamento para el tratamiento genético.
Tras tres días y tres noches de investigación incesante, Khloe finalmente detectó una fluctuación minúscula, casi imperceptible, en los datos.
Los niveles de células DHS que se mostraban en el instrumento estaban aumentando, tan lentamente que podrían haber pasado desapercibidos. Luego, con la misma irregularidad, comenzaron a descender. El cambio era sutil, pero Khloe registró la anomalía de inmediato.
Whitney, que observaba desde sus ataduras, se burló. —¿De verdad crees que hay algún problema con esos datos? Escucha, después de analizar los datos de innumerables sujetos de prueba, puedo afirmar con certeza que el aumento y la disminución de las células DHS son solo fluctuaciones naturales del cuerpo humano. Si no me crees, puedes…
Sus palabras se apagaron.
Sin mirarla, Khloe se subió a una de las camas del laboratorio y comenzó a monitorizar las fluctuaciones de sus propias células DHS.
Whitney sintió un nudo en la garganta. Por primera vez, la duda se apoderó de su mente. ¿Se había equivocado todo este tiempo?
Whitney nunca se había molestado en analizar las fluctuaciones de las células DHS en personas sanas, descartándolo por irrelevante. Siempre había confiado en la precisión de sus investigaciones anteriores. Pero mientras observaba cómo se desarrollaba el experimento de Khloe, una inquietante sensación de temor se apoderó de ella.
Khloe permaneció inmóvil, controlando sus propias lecturas en completo silencio, permitiéndose descansar.
Cuando despertó, su mente estaba más lúcida. Sin pausa, volvió a su investigación.
—Señorita Evans. —Un investigador del laboratorio se apresuró a acercarse en cuanto apareció una anomalía en los parámetros, informándole de que habían detectado un cambio significativo en los datos basados en sus instrucciones.
La voz del investigador rebosaba emoción. —Las células DHS que identificó fluctúan. Y lo que es más importante, el colapso genético parece estar directamente relacionado con ellas. Si logramos desarrollar el tratamiento adecuado y llevar a cabo ensayos con éxito, podríamos curar finalmente las enfermedades genéticas. Podríamos cambiar vidas de verdad. Pero…
Las palabras del investigador se desvanecieron.
Si el tratamiento fallaba, Henrik y Laura no tendrían mucho tiempo. El colapso genético sería irreversible.
La expresión de Khloe permaneció imperturbable, su tono resuelto. «No importa el riesgo, tenemos que actuar. Empezaré a trabajar en la inyección ahora mismo».
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