Mimada por el despiadado jefe clandestino - Capítulo 657
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 657:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Whitney podía sentirlo: el éxito estaba agonizantemente cerca. Solo un paso más y podría revolucionar la medicina, consolidándose como la máxima autoridad en investigación genética. ¿Cómo podía rendirse?
Durante tres años había operado en la sombra, explotando a innumerables personas desprevenidas como sujetos de prueba, personas arrastradas a su red, totalmente inconscientes de su sombrío destino.
Cuando Khloe fue finalmente liberada y se convirtió en la prometida de Henrik, lo primero que pensó Whitney fue en separarla de Henrik. Sabía que la lealtad de Henrik hacia Khloe sería un obstáculo, especialmente si descubría sus crueles experimentos. Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzó a ver algo más valioso. Khloe no era solo una rival; su fisiología única y su brillantez la convertían en el sujeto ideal para sus experimentos.
La tentación resultó demasiado grande. Whitney tramó un plan minucioso y, hoy, su intriga había dado sus frutos. Había manipulado con éxito a Khloe para que entrara voluntariamente en su laboratorio, directamente en su trampa.
—No lo disfraces de causa noble —dijo Khloe, rompiendo la fachada de Whitney. Su voz era firme y aguda—. No estás tratando de salvar vidas. Quieres gloria. Anhelas el reconocimiento como una deidad intocable en el mundo de la medicina. Por tus ambiciones egoístas…
—Has asesinado a personas inocentes. No eres el ángel que alaba la comunidad médica, eres su cáncer.
La sonrisa de Whitney se convirtió en una mueca fría, y la fachada de altruismo se desmoronó. —¿Personas inocentes? Sus vidas eran un pequeño precio a pagar por el progreso. Sacrificarse por mi investigación fue un honor. Menudo honor.
Los supuestos «sujetos» de Whitney no eran voluntarios. Eran víctimas, personas indefensas conseguidas a través de canales ilegales. Cuando morían, Whitney los descartaba como fracasos, obstáculos en su búsqueda de la grandeza. ¿Y los que sobrevivían? Su sufrimiento solo se intensificaba bajo su implacable abuso.
Whitney nunca había permitido a sus víctimas tener la más mínima posibilidad de elegir.
La voz de Khloe era aguda. «Whitney, alguien como tú no merece ser llamada investigadora médica. Eres una mancha en la sociedad».
Whitney se encogió de hombros ante el insulto, con una indiferencia casi escalofriante. —La historia la escriben los vencedores, y yo seré recordada como una leyenda en el campo de la medicina.
Su risa resonó, fría y triunfante, mientras levantaba las manos y aplaudía con fuerza. De entre las sombras, surgieron sus subordinados, rodeando a Khloe con una precisión que delataba premeditación. Gloria dio un paso adelante instintivamente, protegiendo a Khloe sin dudarlo.
Whitney se dio la vuelta, y su voz resonó en el estéril laboratorio mientras se alejaba. —Ni se te ocurra intentar escapar, Khloe. Si te comportas y aceptas tu papel como sujeto experimental, te dolerá menos. Ah, y una cosa más: no tiene sentido resistirse. La droga desestabilizadora de genes ya corre por tus venas. No hay escapatoria.
El rostro de Khloe permaneció impasible, con la mirada fija en los secuaces de Whitney. Su tono estaba teñido de un desdén gélido. —Whitney, no soy yo quien debe temer el castigo, eres tú. No iba a someterse a los experimentos de nadie.
En cuanto a la droga que Whitney afirmaba haberle inyectado, Khloe lo había previsto hacía mucho tiempo. La droga estaba oculta en el collar de meteorito que le había regalado Whitney.
.
.
.