Mimada por el despiadado jefe clandestino - Capítulo 594
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Capítulo 594:
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«¡Pero si Khloe ni siquiera la tocó! Si Khloe realmente la mató, ¿cómo pudo haberlo hecho?».
Khloe observó cómo se desarrollaba la confusión entre la multitud, con un brillo burlón en sus ojos mientras hablaba de nuevo. «Si realmente quisiera matar a alguien, no dejaría rastro, ni pruebas, ni siquiera un susurro de lo sucedido».
La multitud temblaba, su miedo a ella crecía. Khloe se había convertido en una loca a sus ojos, demasiado aterradora para desafiarla, demasiado peligrosa para provocarla. En ese momento, un rugido áspero y furioso atravesó el aire:
«¡Khloe, debes pagar el precio por matar a la gente de la familia Dayton!».
En el momento en que Whitney apareció en la entrada de la sala de subastas, vestida con un elegante traje de mujer, la sala pareció congelarse. Su mirada era tan fría como el hielo, mezclada con una clara desaprobación mientras se dirigía hacia Khloe.
Normalmente, cualquier mujer se marchitaría ante la imponente presencia de Whitney, incapaz de mantenerse firme. Pero Khloe estaba lejos de ser una mujer corriente.
Cuando Sheri y su cómplice se acercaron antes, Khloe ya había vislumbrado a Whitney de pie en la entrada por el rabillo del ojo. Ahora, cuando Whitney dio un paso adelante, los labios de Khloe se curvaron en una sonrisa afilada y audaz. «Sra. Dayton, debe saber que el verdadero asesino es otra persona. Pero ahora, usted permanece en silencio sobre el verdadero asesino y, en cambio, sigue acusándome de crímenes que no cometí».
Sus palabras provocaron conmoción entre la multitud.
La conversación volvió a centrarse en Sheri, y los invitados al evento benéfico parecían horrorizados, sus voces bajas por la confusión y el miedo. «¿De qué está hablando?».
«¿Está insinuando Khloe que Sheri mató a Naomi?».
«Naomi era prima de Sheri. Sheri, de una familia tan prestigiosa, ¡no podría hacer algo así!».
Mientras la multitud murmuraba incrédula, el rostro de Sheri se retorcía de rabia y sorpresa. La acusación de Khloe había golpeado demasiado cerca de casa, y la conmoción de Sheri era evidente mientras miraba a Khloe.
Un destello de pánico cruzó por su mente, pero rápidamente recuperó la compostura, lanzando a Khloe una mirada de desaprobación. «Khloe, ¿por qué me acusas falsamente?».
—¡Debe de estar celosa de ti! —intervino alguien entre la multitud, convencido de haber resuelto el caso.
Sheri miró a Khloe con una expresión diseñada para parecer herida e indefensa—. Aunque estés celosa de mí, no puedes inventarte una historia así. ¡Estás arruinando mi vida!
Las lágrimas brotaron de sus ojos, haciéndola parecer completamente lamentable.
Khloe se burló. «¿De qué hay que estar celosa? Eres una Dayton, pero nunca he tenido ningún problema con quién soy. Eres tú quien desea mi lugar como prometida de Henrik. Así que eres tú quien está celosa».
Expuesta en el acto, Sheri frunció el ceño. Justo cuando estaba a punto de replicar, Khloe perdió interés en continuar el intercambio. Sacó su teléfono y empezó a teclear.
En cuestión de segundos, la gran pantalla de proyección de la sala de subastas cobró vida, mostrando un nítido vídeo de vigilancia.
Las imágenes mostraban una habitación espaciosa pero oculta, reconocible al instante como la zona privada del evento benéfico.
En la pantalla, Sheri, vestida con un llamativo vestido de noche rojo, daba fríamente instrucciones a una mujer. «Recuerda, debes matar a Naomi. Cuando esté muerta, inculpa a Khloe. Quiero destruirla por completo».
La expresión de Sheri era feroz, totalmente desprovista de su habitual actitud tranquila y serena. Frente a ella estaba Karlee Chavez, su cómplice de confianza.
Después de encontrarse con Naomi en el pasillo de los baños, Khloe se enteró de que Sheri también estaba presente e investigó al organizador del evento benéfico. Al descubrir que la familia Dayton estaba detrás de la gala y al intuir que se trataba de una posible emboscada, Khloe regresó en secreto al pasillo de los baños, colocando un pequeño robot con forma de abeja para seguir a Sheri, capturando en el proceso estas imágenes condenatorias.
La sala quedó en silencio mientras el público asimilaba la impactante revelación. Sus ojos pasaron de Khloe a Sheri, la incredulidad y el terror se apoderaron de sus miradas.
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