Mi exesposo frio quiere volver conmigo - Capítulo 988
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 988:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Las dos partidas siguientes siguieron el mismo patrón. Cada vez, Daxton estaba a punto de ganar, pero en el momento crucial cometía un error desconcertante, casi infantil.
La diversión de Carrie se desvaneció y fue sustituida por una inquietante revelación. La calidez de sus ojos desapareció, dejando solo una expresión fría y distante.
Daxton guardó las piezas en la caja y la miró con una sonrisa despreocupada. —¿Otra partida?
Carrie se levantó bruscamente. Su voz era tranquila, pero firme. —¿Qué sentido tiene esto?
Algo en su tono hizo que Daxton se detuviera.
Su expresión cambió ligeramente y la confusión se reflejó en su rostro. —¿Qué quieres decir?
Ella lo miró sin vacilar. —Daxton, no soy estúpida. ¿Qué sentido tiene jugar si vas a dejarme ganar?
Se hizo el silencio entre ellos. Carrie recordó sus partidas con Kristopher. Al principio, había perdido todas las partidas, pero él nunca se lo había puesto fácil. Cada partida había sido una auténtica batalla, un choque de estrategia y habilidad.
A través de sus repetidas derrotas, había aprendido. Había estudiado sus tácticas, analizado sus propias debilidades y, poco a poco, había encontrado la manera de contraatacar.
Había habido frustración, sí. Incluso resentimiento en ocasiones. Pero cada derrota había sido real. Cada lección había sido importante.
Sin embargo, ahora, frente a Daxton, no sentía nada de eso. En cambio, se sentía menospreciada. Como si su esfuerzo no mereciera ser tomado en serio. Como si fuera solo una niña a la que se complacía en lugar de desafiar.
Carrie se dio cuenta de algo de repente: cuando antes había comparado inconscientemente a Kristopher y Daxton, se había inclinado más hacia Kristopher.
Era un pensamiento inquietante. Cada vez que comparaba deliberadamente a los dos hombres, Daxton siempre parecía salir ganando.
Daxton se sorprendió momentáneamente por su reacción, pero luego una suave sonrisa se dibujó en sus labios. Dio un paso adelante y le revolvió el pelo con su habitual calidez. —¿De qué estás hablando? —dijo con ligereza—. Solo es un juego. ¿De verdad tenemos que tomárnoslo como una final? Solo quería hacerte feliz, pero en lugar de eso, te he enfadado. Es culpa mía. —Le tomó la mano y la llevó hacia su rostro.
—Toma, si te hace sentir mejor, puedes pegarme.
Carrie salió de su aturdimiento y frunció el ceño. —¿Qué estás haciendo?
Daxton no la presionó. En lugar de eso, simplemente apoyó la palma de ella contra su mejilla y la mantuvo allí mientras la miraba con un brillo juguetón en los ojos.
—No te atreves, ¿verdad?
Carrie dejó que él le sostuviera la mano así, y el calor de su piel la tranquilizó. Respiró hondo, obligándose a calmarse. —Lo siento —murmuró—. Tienes razón. Solo es un juego. He exagerado. —Hizo una pausa, con una expresión de frustración en el rostro—. Ni siquiera sé por qué me he enfadado tanto de repente.
Una sombra de autorreproche cruzó su rostro, pero Daxton no pareció inmutarse.
La atrajo suavemente para que se sentara a su lado en el sofá, cogió un cojín y se lo colocó detrás. —No pasa nada —dijo con voz llena de paciencia—. El embarazo puede alterar tus emociones, es normal tener cambios de humor. Si estás molesta, desahógate conmigo. No te lo guardes.
.
.
.