Mi exesposo frio quiere volver conmigo - Capítulo 911
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Capítulo 911:
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Incluso ahora, incluso después de todo, Kristopher seguía sin poder dejar ir a Carrie. Las marcas que había visto en Kristopher y Carrie en el hotel ese día habían sido innegables, evidencia de su apasionado enredo, prueba persistente de una conexión que ella había luchado tanto por romper.
Su muestra de afecto —el suave beso de Kristopher en su frente— había tenido la intención de afirmar su reclamo, de recordarle a Carrie que él ya no era suyo. Y también de mostrarle a Kristopher que Carrie tenía un hombre a su lado.
Y no cualquier hombre. Daxton García. Pariente de Kristopher.
Kristopher y Aliza parecían la pareja perfecta, abrazados el uno al otro como si el mundo a su alrededor hubiera dejado de existir. Detrás de ellos, la fuente bailaba al ritmo de la suave música, sus chorros subían y bajaban en elegantes arcos antes de volver a caer en la piscina. El agua brillante reflejaba el resplandor de las luces del atardecer, como si la propia naturaleza fuera testigo de su amor.
Pero para Carrie, la vista solo reavivó la dolorosa imagen de antes: el momento en que había visto a Kristopher y Aliza salir juntos de una habitación de hotel. Había intentado apartarlo de su mente, fingir que nunca había sucedido, pero ahora, esas marcas inconfundibles en sus cuerpos resurgían en su memoria, negándose a desvanecerse. Cada detalle parecía hacerse más nítido.
Sin darse cuenta, apretó los puños, hundiéndose las uñas en la palma de Daxton. No fue hasta que un dolor agudo se propagó desde la base de sus uñas que volvió a la realidad. Sobresaltada, aflojó el agarre y le dio la vuelta a la mano de Daxton, con el corazón encogido al ver las profundas hendiduras en forma de media luna que desfiguraban su piel. La culpa nubló su expresión mientras lo miraba.
—Lo siento mucho. ¿Te he hecho daño? ¿Por qué no me has soltado?
Los labios de Daxton se curvaron en una sonrisa amable. Su voz era suave, persuasiva, como si encontrara entrañable su preocupación. —Si te suelto, ¿no te habrías hecho daño a ti misma? —bromeó—. Solo es un poco de dolor. Puedo soportar un poco de dolor de mi novia. —Flexionó ligeramente los dedos y añadió en broma—: Además, soy fuerte. Esto no es más que una picadura de mosquito.
Su deliberado énfasis en la palabra «novia» transmitía una calidez que perduraba en el aire entre ellos. Luego, con un toque burlón, le dio un golpecito en la punta de la nariz.
Kristopher, que observaba desde una corta distancia, se puso rígido. La visión de la mano de Carrie en la de Daxton le provocó una oleada de posesividad. De repente, soltó la mano de Aliza.
Por un segundo fugaz, un impulso irracional casi se apoderó de él: quería lanzarse hacia adelante, apartar a Daxton y reclamar lo que era suyo.
Pero la razón lo detuvo. No tenía derecho. ¿Cómo podía tirar todo por la borda por una mujer que ya no significaba nada para él? Aliza era ahora su futuro. Su futura esposa. Y más que eso: estaba embarazada de su hijo.
La idea lo tranquilizó. Había pasado su vida resentido con su padre por no estar presente, por la familia rota en la que se había visto obligado a crecer. Si su padre hubiera estado allí, tal vez la tragedia de su hermana se hubiera podido evitar. Tal vez su madre no se hubiera distanciado tanto. Se negó a repetir esos errores. Su hijo tendría el amor y la estabilidad que a él le habían negado.
Conteniendo sus emociones, tomó la mano de Aliza una vez más. —Espérame aquí. Tengo que hablar con Daxton.
Aliza apretó su mano con fuerza, un rastro de inquietud parpadeando en sus ojos. —¿Puedo ir contigo?
Kristopher vaciló antes de tomarla suavemente por los brazos. Su tono era firme pero paciente. —Hace mucho tiempo que corté lazos con la familia García. Es posible que las cosas se pongan tensas. Y tú… —Su mirada se posó en su vientre—. Ya no estás sola. Tienes que tener cuidado. Espérame aquí. Volveré en breve.
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