Mi exesposo frio quiere volver conmigo - Capítulo 891
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 891:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Aliza se puso rígida, pero Carrie continuó. «En lugar de perder el tiempo con estos trucos mezquinos, deberías centrarte en mantener lo que ya tienes. Porque las mentiras no permanecen ocultas para siempre».
Cuando terminó de hablar, su mirada se dirigió hacia Kristopher.
Las palabras de Carrie resonaron como un trueno. El rostro de Aliza palideció al instante, sus dedos retorcieron el dobladillo de su vestido con tanta fuerza que la tela se arrugó sin remedio.
No se lo esperaba. No aquí. No delante de Kristopher.
De vuelta en la Asociación Musical, cuando Kristopher, recién aquejado de amnesia, se encontró por primera vez con Carrie, el corazón de Aliza casi se le salía del pecho. Estaba aterrorizada, paralizada, por si Carrie revelaba la verdad. Por si exponía el hecho de que Aliza no era la prometida de Kristopher.
Pero, sorprendentemente, Carrie se había mantenido en silencio.
Aliza nunca había entendido por qué. Había pasado noches en vela preguntándose qué significaba el silencio de Carrie. A medida que pasaba el tiempo y la verdad permanecía oculta, poco a poco se había permitido respirar. Creer que estaba a salvo.
Pero ahora… Carrie había hablado. Y así, de repente, todos los viejos miedos de Aliza volvieron a surgir, envolviéndole el cuello como una soga.
Se mordió el labio inferior, conteniendo la respiración mientras observaba con pavor la reacción de Kristopher.
Carrie, sin embargo, permaneció serena. Se volvió hacia Alethea, con voz firme, casi indiferente. «Mis palabras eran solo una expresión de mis propios pensamientos. Antes de esto, no sabía que fuiste adoptada por la familia Hink…».
Hizo una pausa y luego continuó con suavidad: «Pero no importa. Tus asuntos no son tan importantes para mí como crees».
Su tono era ligero, desdeñoso, como si ya nada le preocupara de verdad. Luego, sin decir una palabra más, se dio la vuelta para irse. Pero antes de que pudiera dar un solo paso, una mano se aferró a su muñeca. La de Kristopher. «Explícate con claridad». Su agarre era firme, implacable. «¿Qué mentira no permanece oculta para siempre?».
Detrás de él, Aliza contuvo la respiración. Tenía que detener esto. Le temblaban las manos mientras se agarraba la sien, su voz era débil y lastimera. «Kristopher, me siento un poco mareada… Por favor, llévame de vuelta».
Kristopher ni siquiera la miró. Apretó un poco más a Carrie con su mano, con la mirada fija en ella. «¿Qué mentira?», repitió.
Carrie dudó. Por un momento, consideró contárselo todo. Pero entonces, recordó algo. Kristopher no lo había perdido todo. Su amnesia no era total. Seguía siendo el líder de la familia Norris.
Si realmente quería saber la verdad, podría haberlo descubierto en cualquier momento. Solo habría tenido que hacerle una pregunta a Oliver. Sin embargo, nunca se lo había preguntado. Nunca lo había intentado.
Se dio cuenta de algo. Quizás esta amnesia no era más que una excusa. Quizás Kristopher no podía soportar enfrentarse a su enredado y roto pasado, así que en su lugar había optado por utilizar la pérdida de memoria como una forma de cortar lazos.
Ella se liberó de su agarre y lo miró a los ojos, con voz fría y distante. —Sr. Norris, si tiene preguntas, hágaselas a la persona que está a su lado, no a mí, que solo soy una desconocida.
Y esta vez, ella no miró atrás. Se alejó.
«Kristopher, ¡no dejes que sus palabras te hagan dudar de mí!». Aliza se apresuró a acercarse, la desesperación se apoderó de su voz. «¡No te he mentido sobre nada!».
.
.
.