Mi exesposo frio quiere volver conmigo - Capítulo 836
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 836:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Carrie valoraba su seudónimo, Katrina, y siempre se había esforzado mucho en sus guiones. Incluso en tiempos económicamente difíciles, aceptó trabajos comerciales con otro nombre para no empañar la reputación de Katrina.
Kristopher sabía que era guionista, pero nunca había mostrado interés en sus guiones.
Sus dramas comerciales no se basaban en el melodrama forzado; en cambio, se esforzaba por crear personajes matizados y narrativas significativas, con el objetivo de dejar al público con algo de valor.
Kristopher era quien había menospreciado su trabajo, menospreciando todo lo relacionado con ella. Había sido así, tanto en el pasado como ahora.
No importaba lo que hubiera pasado en el pasado o lo que estuviera pasando ahora, ¿qué podría haber hecho para merecer tanto odio de su parte? Un odio tan intenso que ni siquiera intentó entenderla antes de juzgarla.
Recordó que no había tratado a los demás de esta manera.
Cuando salieron a la luz las fechorías de Lise, él todavía optó por creer en ella, poniendo excusas a sus acciones.
Aunque no le había gustado Aliza antes de su pérdida de memoria, nunca mostró tanto desprecio por ella como lo hizo hacia Carrie.
Justo cuando los pensamientos internos de Carrie se agitaban con silenciosas maldiciones hacia Kristopher, el tintineo metálico de las llaves contra la puerta anunció la llegada de alguien.
Antes de que nadie pudiera reaccionar, Kristopher se adelantó para abrir la puerta. Nicol Hewitt entró, precedido por su reputación como distinguido médico. «¿Ha tenido dolores de cabeza últimamente?», preguntó mientras se cambiaba de zapatos.
El médico de cabecera de Kristopher había recomendado específicamente a Nicol durante la estancia en el hospital. El doctor había admitido sus limitaciones en el tratamiento de la amnesia, pero hablaba muy bien de la experiencia de Nicol con casos complejos, incluyendo éxitos anteriores con pacientes con pérdida de memoria.
Kristopher le quitó la bolsa a Nicol, con una voz cuidadosamente neutra mientras compartía: «Los dolores de cabeza se han intensificado en los últimos días».
«¿Ha aflorado algo de tu memoria?». La mirada de Nicol se alzó.
«Han surgido fragmentos del pasado, pero siguen siendo confusos. Cada recuerdo trae un dolor que amenaza con abrirme el cráneo». Sus ojos se desviaron deliberadamente hacia Carrie.
Verlo le trajo a la memoria el día en el centro comercial, cuando el dolor había deformado sus rasgos.
Su mente divagó sobre las posibilidades: ¿qué versión de sí misma había recordado en ese momento? ¿La mejor o la peor? Sus miradas se cruzaron brevemente antes de que Carrie apartara la vista apresuradamente, desesperada por evitar más malentendidos entre ellos.
Nicol observó este sutil intercambio con una sonrisa cómplice. —Esta es Carrie, la prima de Reece. Ya os conocéis, ¿verdad? Dado que la familia Morrison había concertado una cita con el
médico de cabecera de Kristopher, que sus caminos se cruzaran parecía perfectamente natural.
Kristopher siempre se había enorgullecido de su naturaleza racional, desestimando las supersticiones y las nociones místicas. Sin embargo, esta coincidencia ordinaria despertó algo más profundo: una inexplicable sensación de destino. Este sentimiento no se limitaba a ese día; cada encuentro con Carrie lo despertaba en cierta medida.
.
.
.