Mi exesposo frio quiere volver conmigo - Capítulo 1069
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Capítulo 1069:
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Girándose lentamente, bajó el brazo y miró por encima del hombro.
Estaba allí de verdad, no era un truco de la luz ni su imaginación. Kristopher estaba a solo unos pasos detrás de ella, con el rostro marcado por ángulos pronunciados bajo el sol y la preocupación asomando tras su habitual calma.
La luz brillante le había dejado la vista ligeramente borrosa y, por un segundo, todo le pareció un poco extraño.
Aun así, no le interesaba averiguar qué pasaba por su cabeza. En lugar de eso, bajó la mirada, se alejó de él y respondió en voz baja: «Sí».
Sus ojos se posaron en los papeles que ella tenía en las manos. Con solo echar un vistazo al escáner, su tono cambió. «¿Le pasa algo al bebé?».
Recordaba haber oído rumores sobre la herida de bala y la supuesta infertilidad. Su embarazo no debía de haber sido nada fácil. Sin querer, le vino un recuerdo a la mente. Aquella noche confusa en el hotel. Borrosa, pero no olvidada.
Y con ella llegó un pensamiento peligroso: ¿y si el niño era suyo?
Carrie no tenía intención de entablar una conversación, y menos aún con él. Pero en cuanto él preguntó por la salud del bebé, su instinto se puso en marcha. «El bebé está bien. Solo he venido para una revisión rutinaria». Midió cuidadosamente sus palabras. Para ella, ese niño no era solo una vida, era un milagro. No permitiría que ningún pensamiento negativo lo tocara, ni siquiera por accidente.
A pesar de su tono tranquilo, Kristopher no se lo creyó. Las citas como esta solían ser por la mañana, no inmediatamente después de algo tan agotador como su evaluación en la Asociación Musical. El momento no parecía el adecuado.
Aun así, se daba cuenta de que ella no quería hablar. Así que, por una vez, se mordió la lengua.
Las cosas entre ellos ya eran frágiles. Presionarla demasiado ahora solo haría que se alejara aún más.
A través del mar de vehículos que avanzaban lentamente, Daxton divisó el coche que había pedido, que se dirigía hacia la acera. Cuando miró hacia atrás, se fijó en que Kristopher estaba demasiado cerca de Carrie, que mantenía la mirada fija en el suelo mientras hablaban.
La expresión relajada de Daxton desapareció. Con unos largos pasos, se colocó entre ellos sin dudarlo.
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Su mirada se posó directamente en Kristopher, tranquila pero inequívocamente aguda, como la de alguien dispuesto a defender lo que le importaba.
Pero eso no cambió nada para Kristopher. Su expresión permaneció impasible, como si la presencia de Daxton no significara nada. Nunca lo había significado, ni antes de la pérdida de memoria, ni mucho menos después.
Para él, las habilidades de Daxton nunca superaban las tácticas engañosas que utilizaba. Cualquier cosa construida sobre terreno inestable estaba destinada a derrumbarse tarde o temprano.
Sin siquiera saludar, Daxton se volvió hacia Carrie y le habló con tranquilidad. —Carrie, el coche está aquí. Vamos a casa. —La frase no era informal. No era «Te llevaré a casa», sino «Vamos».
Un pequeño giro, suficiente para sugerirle a Kristopher que aún compartían techo.
Aún desorientada por lo ocurrido anteriormente y sorprendida por la repentina aparición de Kristopher, Carrie no captó la intención detrás de las palabras de Daxton. Simplemente asintió. «De acuerdo».
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