Mi exesposo frio quiere volver conmigo - Capítulo 1024
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Capítulo 1024:
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Y lo más desconcertante era que él parecía completamente ajeno a ello, como si fuera lo más natural del mundo.
La sutil resistencia en su mano le hizo detenerse. Al darse cuenta de que ella no caminaba con él, se volvió con el ceño ligeramente fruncido.
—¿Adónde vas? —preguntó—. Te acompaño.
Carrie había notado que algo era diferente desde hacía un tiempo, pero solo ahora se daba cuenta de que la hostilidad de Kristopher hacia ella había desaparecido. Su actitud se había suavizado, recordando cómo era antes del divorcio, cuando compartían una cercanía natural, propia de un matrimonio.
—¿Has recuperado la memoria? —preguntó Carrie de repente, antes de poder contenerse.
Kristopher parpadeó, atónito por un momento, y luego negó lentamente con la cabeza.
—No
Carrie retiró suavemente la mano y dio un pequeño paso atrás, creando distancia entre ellos. Mantuvo la mirada fija en él, escéptica.
—¿Estás seguro? —insistió.
Kristopher frunció el ceño. Había un brillo extraño en sus ojos, como si intentara leerla con la misma intensidad.
—¿Por qué lo preguntas?
Carrie mantuvo el tono de voz.
—Porque en el pasado nunca te comportabas así. Si nos encontrábamos por casualidad, me acusabas de intrigante, decías que lo había planeado todo para acercarme a ti. Aunque me hubieras ayudado, no estarías aquí hablando conmigo así.
Kristopher no respondió. Se quedó allí, en silencio. Ella se tomó un momento para estudiarlo. Tenía la tez pálida, el cuerpo aún delgado y claramente sin recuperarse del todo del accidente. Su debilidad física no había mejorado en absoluto.
Frunció el ceño al pensar en algo que Jenesis le había preguntado una vez: «Si tuvieras que elegir… ¿preferirías que Kristopher siguiera vivo y no te quisiera, o que se fuera para siempre?».
No había ningún «y si» al que aferrarse, ningún final alternativo. Kristopher no solo la había olvidado. Había seguido adelante. Se había enamorado de otra persona. Se había comprometido con otra persona. Ahora pertenecía a otra vida, una vida que no tenía nada que ver con ella.
Oír a Carrie hablar con tanta claridad, con tanta distancia, le afectó más de lo que esperaba.
Había pensado, quizá en lo más profundo de su ser, que ella aún esperaba que él la recordara. Que anhelaba que él volviera con ella, que recordara su pasado. Pero sus palabras no contenían ni rastro de añoranza. Ni súplica. Solo hechos. Estaba lista para marcharse.
Kristopher se quedó allí en silencio, sin saber qué decir, qué sentir. Y justo cuando ella se giró ligeramente, lista para irse, él finalmente encontró la voz.
—¿De verdad soy tan horrible para ti?
Carrie se detuvo a medio paso y miró por encima del hombro. Su tono era suave, pero firme.
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