Mi exesposo frio quiere volver conmigo - Capítulo 1020
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Capítulo 1020:
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Jenesis notó el sutil cambio en su expresión, un destello de emoción que nubló brevemente sus ojos. Jenesis se detuvo, estudiándola con tranquila curiosidad antes de hablar con voz suave. «¿Estás pensando en Kristopher?».
Carrie asintió con firmeza. No rehuyó el nombre. En casa, rara vez lo mencionaba: Kristopher nunca había sido bienvenido en la casa de los Morrison.
Pero allí, con Jenesis, alguien que había pasado por pruebas similares, se sentía lo suficientemente segura como para ser sincera.
Carrie volvió a colocar con cuidado el biberón rosa en la estantería y habló en voz baja, casi para sí misma. —Cuando él todavía estaba liado con Lise, yo deseaba que muriera. Suena horrible, pero en aquel entonces me parecía más fácil imaginarme viuda de un hombre que me había amado que verlo entregar su corazón a otra mujer.
Su voz se suavizó aún más, con la mirada perdida en un pasado lejano. «Pero más tarde tuvimos momentos, momentos reales y hermosos. No voy a fingir que no me hizo daño, pero hubo momentos en los que me hizo sentir profundamente amada. Y ahora, incluso cuando me enfurece, no soy capaz de odiarlo. No de verdad. Solo… quiero que viva. Que viva bien».
Jenesis esbozó una sonrisa suave y cómplice. Se acercó con delicadeza y apartó un mechón de pelo de la oreja de Carrie, con un gesto cálido y maternal.
—Las personas son complicadas —dijo en voz baja—. Todos llevamos contradicciones dentro de nosotros. Nadie es completamente bueno o completamente malo. —Miró a Carrie con orgullo—. Me alegra que puedas verlo tan claramente. Quizás aún no lo hayas dejado ir por completo, pero es obvio que ya no te aferras a él. No estás dejando que él dicte tu vida, ni tu futuro.
Carrie sintió que se le oprimía el pecho, no por la tristeza, sino por el consuelo. Se le hizo un nudo en la garganta por la gratitud y se volvió para abrazar a Jenesis. —Tía Jenesis… eres como la madre que nunca tuve.
Jenesis le acarició el pelo con voz tierna. —No tengo hijos, Carrie. Siempre has sido como una hija para mí.
Si la madre de Carrie aún estuviera viva, tal vez le habría dicho las mismas palabras. Quizás entonces Carrie no habría volcado todo su amor en Kristopher, buscando algo que nunca recibió plenamente en casa.
En realidad, fueron muchas las piezas que llevaron a la situación actual, nunca se trató solo de Kristopher.
El sonido de la puerta de la tienda al abrirse sacó a Carrie de sus pensamientos. Se apartó del abrazo y se enderezó con un ligero gesto de vergüenza.
Jenesis miró a la recién llegada y dijo con ligereza: —No hay por qué ser tímida. Aún eres una niña. Si no fuera por todo lo que pasó con la familia Campbell, probablemente ahora estarías en la universidad, terminando tus estudios de posgrado.
Carrie puso los ojos en blanco y sacó la lengua. —Los estudiantes de posgrado no son niños, ¿sabes?
Jenesis se rió. Cuando se trataba de mimar a Carrie, era tan indulgente como los hombres de la familia Morrison, si no más.
Para ellos, Carrie seguía siendo la niña pequeña a la que siempre habían protegido.
Dejando pasar el momento, Jenesis volvió a dirigir la conversación con delicadeza. —No conozco muy bien a Kristopher, pero nunca pensé que fuera una mala persona. Y pude ver lo mucho que se preocupaba por ti. No dije nada antes, temía que pudiera hacerte volver con él».
Carrie bajó la mirada y jugueteó con la cremallera de la chaqueta. Su voz se redujo a un murmullo. «Ya no se trata solo de amor. Aunque todavía haya algo, han pasado demasiadas cosas. Hay cosas… a las que no se puede volver».
Jenesis ladeó ligeramente la cabeza y habló con voz tranquila. —Quizá su amnesia fue una extraña bendición. Nunca te lo había dicho, pero la forma en que giró el coche para detener el tuyo aquel día… Estaba dispuesto a morir solo para salvarte.
—¿Qué? —La voz de Carrie temblaba y se le heló la sangre. Miró a Jenesis atónita, con los ojos muy abiertos, incrédula.
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Nota de Tac-K: Linda mañana queridas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho.ヾ( ˃ᴗ˂ )◞ • *✰
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