Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 963
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 963:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
La angustia se apoderó del pecho de Linsey.
Sin embargo, bajo su preocupación, Linsey se aferraba a la esperanza. Probablemente, la liberación emocional de la noche anterior tendría un efecto curativo en Dolores.
Dolores poseía esa rara capacidad de resistencia: la habilidad de reunir sus pedazos dispersos y seguir adelante a pesar de las heridas.
Con descanso y tiempo para recuperarse, Linsey estaba segura de que su amiga saldría fortalecida, como siempre había hecho.
Ese pensamiento iluminó el rostro de Linsey, que esbozó una sonrisa de optimismo.
Mientras se entretenía en la mesa del comedor, el rico aroma de los macarrones con queso comenzó a impregnar el aire, llamando su atención. Unos instantes después, Collin apareció desde la cocina y colocó la comida delante de ella.
—¡Huele increíble! —exclamó Linsey con los ojos brillantes. Agarró el tenedor sin ceremonias, ansiosa por comer.
Con ternura suavizando sus rasgos llamativos, Collin la miró fijamente a la cara.
Entre bocado y bocado, Linsey levantó la vista con repentina curiosidad.
—¿Dónde se han metido los niños?
Su ausencia resultaba inusual a esas horas.
Normalmente, Zenia y Zander reclamaban su atención después de comer, y sus risas llenaban la casa.
Sin embargo, en los últimos días, la crisis de Dolores había acaparado toda su atención, dejándole poca energía para nada más.
Collin respondió: «Esos dos están hoy rebosantes de energía. Los envié con el mayordomo después de comer».
Su tono se volvió más tranquilizador mientras continuaba: «Varios miembros de mi equipo de seguridad también los acompañaron. Están completamente protegidos».
Linsey relajó los hombros con alivio.
El personal de Collin nunca había fallado en la seguridad de su familia.
Encuentra más en ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 con sorpresas diarias
La estridente interrupción del teléfono rompió la paz de la comida. Un vistazo al identificador de llamadas le quitó el color a la cara. El tenedor cayó ruidosamente sobre el plato mientras buscaba el teléfono a tientas.
Collin observó cómo se separaban los labios de ella para hablar, pero se quedó paralizada cuando la voz de la persona que llamaba interrumpió el saludo que había preparado.
Las sombras se intensificaron en el rostro de Linsey mientras miraba hacia abajo, con una voz apenas audible. —Por supuesto, lo entiendo. Estaré allí en media hora. Gracias por tu paciencia.
Algo en su tono apagado hizo saltar las alarmas en la mente de Collin.
Se le ocurrió una idea.
El final de la llamada marcó el fin del apetito de Linsey. Su plato quedó olvidado.
Cuando finalmente levantó la vista, su rostro estaba pálido como la cera. —Los padres de Gorman acaban de aterrizar en Grester.
Collin apretó la mandíbula y sus ojos brillaron con una comprensión inmediata. —¿Exigen una reunión?
Linsey apretó los labios y asintió con la cabeza. —Dentro de treinta minutos.
«Voy contigo», dijo Collin sin dudarlo.
Aunque la muerte de Gorman no había sido obra directa de ellos, el peso de la responsabilidad seguía pesando sobre sus hombros.
.
.
.