Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 931
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Capítulo 931:
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Al oír eso, Haven se detuvo, con un tono de duda en su voz. «¿De verdad? Si Collin no siente nada por Linsey, ¿por qué apareció ese día exigiendo saber si ella se iba a casar en serio con Gorman?».
Se detuvo un momento, con un destello de irritación en el rostro, y continuó: «Y durante el banquete de hace poco, Collin me dijo directamente que aún no había superado a su exmujer. ¿Y no es Linsey con quien estuvo casado?».
Joanne soltó una breve risa tras un momento de silencio. —A los hombres les encanta creerse nobles cuando en realidad solo son posesivos. Por eso precisamente planeamos apartar a Linsey, para siempre. Para impedir que Collin siguiera persiguiendo su fantasma.
La sonrisa de Joanne se desvaneció lentamente, sustituida por un tono frío en su voz. «Linsey ha sobrevivido, así que tendremos que replantearnos nuestra estrategia».
La preocupación frunció el ceño de Haven. —¿Estás completamente segura de que Kylee no se volverá contra nosotros? ¿Y si habla?
—No lo hará —dijo Joanne con firmeza—. Investigué a fondo los antecedentes de Kylee. Su odio hacia Linsey es tan profundo como el nuestro. Le prometí que todo lo que ha hecho no será en vano y que la apoyaremos para que obtenga la venganza que desea. Así que, por supuesto, delatarnos no es algo que se le pasaría por la cabeza.
A pesar de la confianza de Joanne, Haven seguía sintiendo una sensación de temor en el estómago.
El silencio se prolongó mientras intentaba reunir las palabras para continuar, pero algo interrumpió su línea de pensamiento.
Un golpe en la puerta los interrumpió, seguido de una voz amortiguada al otro lado. —Señorita Haven, el señor Walton dice que el señor Riley y su novia han llegado y están esperando abajo.
El anuncio golpeó a Haven como una bofetada: se quedó pálida y se volvió hacia Joanne, atónita.
—¿Collin? —jadeó—. ¿Y su novia? ¿Desde cuándo tiene novia? ¿Cómo… cómo es posible?
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La expresión de Joanne era un reflejo de la de Haven: sorprendida y desconcertada.
La noticia las dejó desconcertadas, pero a Haven fue a quien más afectó. El pánico se apoderó de ella, desmoronando su compostura por segundos.
—Joanne, ¿qué hacemos ahora? Collin nunca ha venido aquí, ni una sola vez. ¿Por qué iba a aparecer precisamente hoy, y con una novia? ¿Y por qué no lo sabíamos? ¿Podría ser que realmente…?
Un escalofrío recorrió la espalda de Haven, y Joanne pudo verlo reflejado en su rostro.
Joanne se apresuró a negarlo. —No. Eso es imposible.
Haven miró a Joanne a los ojos y esbozó una sonrisa que no llegó a alcanzar sus labios. Bajó la voz hasta convertirla en un susurro y dijo: —Tú también lo estás pensando, ¿verdad? Crees que la novia de Collin podría ser Linsey.
Antes de que Joanne pudiera hablar, la voz del sirviente volvió a oírse, esta vez más insistente. —Señorita Haven, el señor Walton dice que baje inmediatamente.
—¡Vete! —ladró Haven, con voz aguda y temblorosa. Todo su cuerpo comenzaba a temblar bajo el peso del pánico.
No parecía real: Collin estaba allí, de verdad. Y existía la aterradora posibilidad de que no hubiera venido solo. Linsey podría estar con él. Si eso era cierto, entonces Collin nunca había dejado marchar a Linsey de verdad.
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