Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 910
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Capítulo 910:
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«Collin, ¿cuándo has llegado? Gorman se paseó hasta el lado de Linsey y, con deliberada despreocupación, le puso la mano en la nuca, las yemas de los dedos ejerciendo una sutil presión sobre su piel. Este gesto aparentemente inocuo derrumbó al instante la determinación de Linsey como un castillo de naipes.
El miedo se reflejó en los ojos de Linsey y sus pupilas se contrajeron en pequeños puntos de espanto. No podía decir la verdad. Zenia seguía estando firmemente en manos de Gorman; la vida de su hija no era algo con lo que se atreviera a jugar.
Al darse cuenta de ello, Linsey reprimió su desafío y apretó la mandíbula con fuerza mientras se daba la vuelta con frialdad, evitando la intensidad de la mirada interrogante de Collin. Tal vez Collin sólo había preguntado sin intenciones más profundas. Divulgarlo todo ahora no sólo pondría en peligro su seguridad, sino que podría condenar tanto a Zenia como a Caylee, que seguían atrapadas en la traicionera red de Gorman.
Al notar el silencio revelador de Linsey, los labios de Gorman se curvaron en una sonrisa satisfecha. Le lanzó una significativa mirada hacia abajo antes de dirigirse a Collin, que tenía cara de piedra, con escalofriante precisión. «La señorita Walton nos ha informado de que esta tarde has estado ocupado. ¿Terminaste temprano?»
Sin perder un segundo, Gorman continuó con aire de triunfo petulante: «Tanto Linsey como yo agradecemos tus amables deseos. Ten por seguro que te devolveremos el favor en tu boda con Haven».
Linsey bajó la mirada al suelo, ocultando el océano de desesperación que amenazaba con ahogarla. Así que era cierto que Collin tenía intención de casarse con Haven.
«No estoy comprometido con Haven». La declaración de Collin cortó el aire como acero templado, cada sílaba cargada de una gravedad inconfundible, desprovista incluso de un susurro de humor.
A Linsey le dio un vuelco el corazón. Levantó la mirada para encontrarse con la de Collin, y la incredulidad se apoderó de ella cuando sus ojos se cruzaron. El tiempo pareció suspenderse cuando sus miradas se entrelazaron.
En aquel momento cristalizado, los recuerdos se agolparon en su mente: las serias palabras de Collin en la estéril habitación del hospital, la imagen de él arrodillado para recoger con cuidadosa precisión los fragmentos de cristal que brillaban. Collin afirmaba que no existía ningún compromiso con Haven.
¿Había entendido mal todo el tiempo?
Amaneció la revelación y los ojos de Linsey se encendieron con un destello de esperanza reavivada. Pero las preguntas revoloteaban como abejas inquietas: ¿qué hay de la Estrella del Desierto? ¿Y el anillo de diamantes que adornaba el dedo de Collin como una promesa silenciosa? Cuanto más desentrañaba estos pensamientos, más se enredaban en un nudo imposible. Sin embargo, las circunstancias le impedían seguir explorando aquel desconcertante rompecabezas.
Los dedos de Gorman se clavaron más profundamente en su carne, una cruel mordaza que la dejó momentáneamente sin aliento.
«¿Es así?» El rostro de Gorman se ensombreció visiblemente. Se volvió hacia Haven con una mirada teñida de desprecio, como si observara algo sin valor. «Es extraño, cuando la propia señorita Walton mencionó que vuestras familias hablaban de matrimonio. He oído que tu abuela está muy encariñada con ella».
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Nota de Tac-K: Nuevos capìtulos listos, disculpen por la demora queridas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥
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