Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 896
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Capítulo 896:
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Esa misma pieza se había vendido por la asombrosa cifra de 2.700 millones de dólares en la subasta benéfica, en la que Collin hizo la última puja. Ahora, descansaba alrededor del cuello de Haven como si siempre hubiera estado ahí.
Aunque el mundo de Linsey giraba en torno al diseño de moda, sabía lo suficiente de joyería fina como para reconocer la pieza al instante. Un vistazo bastó para confirmarlo: se trataba sin duda de la misma Estrella del Desierto de aquella noche.
Durante un breve instante, Linsey se quedó paralizada, con una silenciosa burla resonando en su mente. No sabía por qué necesitaba estar segura. Todo el mundo sabía ya que Collin había comprado la Estrella del Desierto para Haven durante la subasta benéfica. Collin la había ofrecido libremente, y Haven tenía todo el derecho a llevar lo que le habían regalado.
Conteniendo las emociones que amenazaban con aflorar, Linsey se tranquilizó, avanzó y tomó asiento frente a Haven en una silla individual.
«¿A qué debo el placer, señorita Walton?» preguntó Linsey, con los ojos fijos en la grácil postura de Haven.
Haven esbozó una suave sonrisa, su voz suave y pausada, con la gracia de alguien versado en la alta sociedad. «La última vez que nos cruzamos, no tuviste ocasión de presentarte. Fue después cuando Collin mencionó que eras su ex mujer y, además, una diseñadora muy famosa en Grester».
«¿Por qué estás aquí?» preguntó Linsey, con un tono uniforme e ilegible. Miró a Haven con serena indiferencia. En el momento en que Haven se percató de la expresión ilegible de Linsey, un destello de irritación pasó por sus ojos.
La antipatía de Haven por Linsey no era nueva; había echado raíces mucho antes de que se conocieran oficialmente. En opinión de Haven, si Linsey no hubiera dejado a Collin en el altar, nunca habría tenido la oportunidad de convertirse en su esposa.
Pero lo que más escocía era la verdad que Haven no podía ignorar: Collin había amado de verdad a Linsey. Aunque habían pasado cuatro años desde el divorcio, Haven aún podía ver lo mucho que Linsey significaba para Collin.
No era sólo lo que Collin le había dicho durante el banquete lo que le molestaba. Era la forma en que Collin había intervenido repetidamente, intencionadamente o no, para proteger a Linsey. Recordó aquel momento en el restaurante, cómo Collin había restado importancia a la identidad de Linsey, como si no fuera alguien que Haven necesitara conocer.
A ella le parecía que Collin no la consideraba lo suficientemente importante como para presentársela a Linsey. Luego estaba el incidente de la alergia. Collin había llevado él mismo a Linsey al hospital y Haven se había enterado mucho más tarde. Sinceramente, si Gorman no le hubiera dicho la verdad, Haven habría seguido sin enterarse durante un tiempo más.
Haven sospechaba que Collin era la razón por la que Joanne no había encontrado nada sobre Linsey. Debía de haber hecho todo lo posible por mantener su pasado oculto.
Cuando el pensamiento se asentó, una expresión más calmada reemplazó la tensión en el rostro de Haven.
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