Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 873
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Capítulo 873:
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Volviendo toda su atención hacia Caylee, le dijo suavemente: «Ya hemos pasado por esto. Cíñete al plan. Sigue lo que Gorman te diga. La operación de tu abuela debe hacerse sin demora».
Caylee sacudió la cabeza con fuerza, con las lágrimas pegadas a las pestañas. «Pero Zander sigue con Collin. No podemos abandonarlo».
«Si lo trajéramos ahora, me sentiría aún menos segura», respondió Linsey en voz baja. Sus dedos recorrieron la mejilla de Zenia con cuidado. «Ayúdame a hacer las maletas.
Dolores encontró un nuevo lugar. Lo comprobaremos y nos mudaremos esta noche».
De vuelta en casa de Collin, Dustin entró con un sobre en la mano: los resultados de la prueba. Collin no levantó la vista de inmediato. Estaba sentado en el suelo, muy concentrado en construir una torre de bloques de plástico con Zander. Aunque apenas había pasado media hora, Collin ya estaba impresionado por la agudeza mental del chico.
El juguete estaba pensado para niños mucho mayores, pero Zander manejaba las piezas con una soltura y una lógica que lo delataban.
Quienquiera que lo criara había hecho un trabajo excepcional.
«Collin, aquí está. Han llegado los resultados». Sin dudarlo, Dustin se acercó y le pasó el sobre a Collin.
Normalmente, una prueba de este tipo habría tardado días en llegar. Pero este no era un caso típico: la petición había partido del fundador de CR Corporation, y el laboratorio respondió en consecuencia, dejándolo todo a un lado para acelerar los resultados con absoluta precisión.
Collin esperaba que la ansiedad le invadiera en cuanto el sobre llegara a sus manos. Por extraño que parezca, en su lugar se apoderó de él una extraña quietud. Tal vez, en el fondo, ya había aceptado la verdad: que aquel chico era suyo.
Con mesurada paciencia, pasó las páginas hasta que sus ojos se posaron en el resultado final. Frente a él, Dustin estudiaba el rostro de Collin, buscando alguna pista. Al no encontrar ninguna, supuso que la prueba había descartado una conexión y sintió una inesperada punzada de arrepentimiento.
«Entonces… ¿no coincide?», preguntó, con la decepción evidente en su voz.
«Es mío», dijo Collin en voz baja, como si confirmara algo que siempre había sabido.
Dustin se quedó helado, sorprendido por la respuesta. Sus ojos parpadearon rápidamente, luchando por ponerse al día, hasta que una sonrisa se dibujó en su rostro. «¿Hablas en serio? ¿Este pequeño es realmente tuyo? Es increíble». Sin mediar palabra, Collin le extendió el documento, ofreciéndole una confirmación silenciosa.
Con una emoción apenas contenida, Dustin hojeó las páginas, desbordando su entusiasmo como un padre orgulloso que lee el nombre de su propio hijo en letra de imprenta.
«¡Vaya, Collin, todavía no me lo puedo creer! ¡Realmente tienes un hijo!» exclamó Dustin.
En el suelo, cerca de allí, Zander se detuvo y su mirada rebotó entre los dos adultos. «¿De qué está hablando, señor?», preguntó a Collin, con las cejas fruncidas por la confusión.
Dustin se inclinó hacia delante, dispuesto a informarle. «¿Llamándole señor? Deberías…»
Antes de que las palabras salieran completamente de su boca, Collin intervino con calma: «Sólo estamos discutiendo algo relacionado con el trabajo».
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