Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 866
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Capítulo 866:
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Dustin intentó contenerse, pero la ardiente declaración del chico quebró su compostura. La risa se le escapó antes de que pudiera detenerla.
Con la cara enrojecida y echando humo, Zander empezó a retorcerse furiosamente. «¡Eh! ¡Tú, el de atrás! ¡Suéltame! ¡Te estás riendo de un niño! Eso te convierte en un adulto terrible!»
Dustin cayó en la cuenta de que nunca imaginó que estaría intercambiando insultos con alguien que apenas llegaba al mostrador.
«Oh, ¿así que sabes que eres sólo un niño?» Dustin arqueó una ceja, con los labios crispados por la diversión. «Pues compórtate como tal. ¿Quién te dijo que era inteligente venir a buscar pelea con los adultos?».
Sin mucho esfuerzo, levantó a Zander del suelo como si fuera una bolsa de la compra, lo que provocó que el chico chillara dos veces en señal de protesta. «Mira eso. Una sola mano. Ni siquiera necesito las dos. Vuelve cuando tengas algo de altura, pequeño guerrero».
Zander no podía soltarse. Cada retorcimiento sólo hacía más evidente que estaba completamente superado.
Que Dustin le manosease con tanta facilidad le hizo arder el pecho de humillación.
El calor se apoderó de sus mejillas mientras sus emociones se entremezclaban: vergüenza, furia e impotencia. Cuanto más pensaba en su fracaso, más le pesaba la decepción. Ni siquiera había conseguido defender a su madre.
Unas lágrimas le traicionaron, resbalando por su cara y aterrizando directamente en la mano de Dustin.
Sobresaltado, Dustin retrocedió ligeramente. «Eh, eh, ¿qué es esto ahora? No llores. Tú ganas, ¿vale? Deja de llorar. Las lágrimas de los niños me dan dolor de cabeza».
Con una mirada de impotencia, se volvió hacia Collin, pidiendo silenciosamente refuerzos.
En lugar de responder, Collin permaneció inmóvil, con los ojos entrecerrados y fijos en Zander como si estuviera descifrando alguna compleja ecuación.
Parecía que ni siquiera Collin estaba preparado para lidiar con un niño sollozando. Eso supuso Dustin, que seguía sin darse cuenta de que los pensamientos de Collin ya se habían alejado kilómetros.
Mientras miraba la cara llena de lágrimas y los ojos enrojecidos de Zander, los pensamientos de Collin se desviaron hacia Linsey. Era extraño, ¿por qué aquel niño le recordaba tanto a ella?
Aquella repentina constatación devolvió a Collin al presente.
Sin mediar palabra, se adelantó y levantó con cuidado a Zander de los brazos de Dustin.
«Lo tengo», dijo, ajustando el peso del chico más cómodamente. «Debe sentirse incómodo así».
Zander parpadeó, sorprendido por el cambio. Antes de que pudiera reaccionar, se encontró apoyado contra el pecho de Collin.
Un reflejo le hizo retorcerse en señal de protesta, pero el tono sereno de Collin detuvo su movimiento. «¿No has venido a desafiarme?», le preguntó. «Vamos a resolverlo, de hombre a hombre».
Zander se puso rígido, claramente sorprendido por la oferta. Sus grandes ojos escrutaron la expresión seria de Collin, y su voz se suavizó al responder: «Quiero ese duelo».
Collin asintió con seriedad. «Eres demasiado joven para que resolvamos esto con una contienda física. Probemos otro método para determinar el ganador».
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