Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 853
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 853:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Gorman llevó a la dormida Zenia al interior, acunándola como a una frágil muñeca. La tumbó suavemente en la cama y la cubrió con la manta con cuidado, moviéndose tan silenciosamente como una sombra.
Linsey estaba de pie junto a la puerta, cruzada de brazos, observándole con ojos fríos y penetrantes. No había calidez en su mirada, sólo amargo desprecio.
Cuando Gorman por fin salió y cerró la puerta suavemente tras de sí, Linsey habló, con voz de hielo. «Gorman, a veces me pregunto… ¿Quién eres realmente, debajo de todo ese encanto?»
Al oír sus palabras, Gorman arqueó una ceja, divertido. Sus ojos se clavaron en los de ella, juguetones pero peligrosos.
«Linsey, siempre he sido yo mismo contigo. Tú eres la que se niega a verme como soy. Mírate ahora mismo. Debo decir que disfruto esto, tener toda tu atención».
La repugnancia se apoderó de Linsey como una marea amarga. Se estremeció, incapaz de ocultarlo. Con los dientes apretados, escupió: «Te vigilo porque no confío en ti. Necesito saber lo que planeas, por mí y por mis hijos».
Gorman ladeó la cabeza, actuando como si estuviera desconcertado. «Linsey, me has herido. ¿Por qué iba a hacerte daño a ti o a tus pequeños?»
Mientras hablaba, se acercó un poco más, con una máscara de falsa ternura que erizó la piel de Linsey.
El corazón le latía como un tambor en el pecho. Todos sus instintos le gritaban peligro.
Sin pensarlo, retrocedió rápidamente, casi tropezando en su prisa por alejarse de él.
«Linsey, ¿no te he dejado suficientemente claros mis sentimientos? ¿De verdad crees que podría hacerte daño?» preguntó Gorman en voz baja, con el ceño ligeramente fruncido.
Linsey apretó los puños a los lados.
Hizo un voto silencioso. Si Gorman se atrevía a intentar algo, lucharía contra él con todas las fuerzas que le quedaban.
Pero Gorman parecía completamente impasible ante su desafío. La miró con una expresión suave, casi tierna, antes de continuar: «En cuanto a los hijos de Collin y tú…».
Dejó escapar una pequeña risa burlona. «Nunca me han importado. En realidad, no soporto verlos. Cualquier amabilidad que mostré fue sólo por ti».
La conmoción se apoderó de Linsey y la dejó con los ojos desorbitados.
Durante cuatro largos años, cada vez que Gorman había estado cerca de los niños, había sido paciente y amable, gentil de una forma que ella nunca había visto antes.
¿Y ahora decía que todo era una actuación? ¿Una fría actuación sólo para permanecer cerca de ella?
¿Había estado planeando esto desde el momento en que le pidió que se fuera al extranjero con él?
Pero, ¿por qué?
Linsey no podía entenderlo. ¿Qué podía valer un juego tan largo?
La voz de Gorman se volvió fría, plana como la piedra, pero aún así le produjo un escalofrío.
«Zenia, al menos, es agradable a la vista. Se parece tanto a ti cuando eras niña. Estar cerca de ella es como estar con una versión más joven de ti».
.
.
.