Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 819
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Capítulo 819:
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Al darse cuenta de esto, una punzada de frustración tocó el corazón de Gorman. A pesar de ello, no podía darse por vencido, sobre todo porque Linsey aún no se había reconciliado con Collin.
Gorman sabía que debía permanecer en Grester, utilizando a Zenia y Zander como parte de su estrategia para ganarse finalmente el corazón de Linsey.
Para Linsey, Gorman tuvo la paciencia de esperar el tiempo necesario.
Con una risita, Gorman dijo: «Antes de llegar aquí, mi padre y yo tuvimos una conversación importante. Me ha encargado que amplíe las operaciones de Green Group en Grester, lo que significa que me quedaré aquí durante un largo periodo.»
Linsey se mostró sorprendida, pues no había previsto semejante directiva del padre de Gorman, Marco Green.
De hecho, al cabo de cuatro años, CR Corporation se había hecho con más de la mitad del mercado de Grester, lo que dificultaba cualquier nuevo avance del Grupo Green. Sin embargo, no podía influir en las decisiones de la familia Green, ya que era ajena a sus asuntos internos.
«Entendido», respondió Linsey asintiendo con la cabeza.
Algo pareció entonces golpear a Gorman, lo que le llevó a sugerir con una ceja levantada: «Linsey, con los niños a cuestas, debes estar considerando un nuevo arreglo de vida, ¿verdad? ¿Por qué no…?»
Antes de que Gorman pudiera continuar, Linsey intervino con calma: «Caylee y yo ya lo hemos hablado. Pensamos empezar a buscar un lugar para alquilar en los próximos días».
Aunque Linsey sospechaba que Gorman podría haber estado a punto de ofrecerle su propia casa, manifestó claramente su intención de adelantarse a cualquier oferta de ese tipo, prefiriendo no profundizar su implicación en su vida.
Para ella era crucial mantener la claridad y establecer límites, para evitar cualquier malentendido que pudiera llevarla a repetir errores del pasado. Había llegado a reconocer que demasiada implicación de Gorman en su vida planteaba riesgos potenciales.
«Me alegro de oírlo», respondió Gorman en voz baja, con expresión imperturbable.
Linsey soltó un suspiro de alivio y se preguntó si no estaría analizando demasiado la situación, convencida de que Gorman no insistiría en perseguirla. Después de todo, ella no se consideraba alguien tan convincente como para merecer toda su atención durante años.
Estaba segura de que Gorman ya lo había superado.
En ese momento, se oyó un ruido procedente de la puerta.
Caylee, que parecía algo adormilada, salió del dormitorio de invitados. Sin embargo, al ver a Gorman, se puso inmediatamente alerta. Su postura se puso rígida y sus manos, antes relajadas a los lados, se apretaron con fuerza. Se dirigió a él: «Sr. Green».
Gorman la saludó con una breve inclinación de cabeza, sin decir nada más. Caylee se volvió rápidamente hacia Linsey. «Linsey, es posible que los niños se despierten pronto. Iré a ver cómo están».
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