Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 801
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Capítulo 801:
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Al cortar la llamada, Linsey se dio la vuelta para marcharse y vio que Caylee la seguía, con una expresión de angustia en el rostro que sugería que ocultaba algo.
Ajena a la verdad subyacente, Linsey supuso que la ansiedad de Caylee se debía a su preocupación por Zenia y Zander.
Para tranquilizarla, Linsey le dijo: «No te preocupes, Caylee. Zenia y Zander son niños con recursos. Se las arreglarán».
Caylee salió de su aturdimiento al oír las palabras de Linsey, y su mirada tranquila se encontró con una oleada de culpabilidad.
Caylee cayó en la cuenta de que Collin, de quien había hablado con los niños la noche anterior, debía de ser el «hombre malo» al que se refería Zander.
Caylee no había previsto que Zenia y Zander se enfrentarían a Collin tan pronto, y ahora Zenia había sido capturada por él.
La idea de que Linsey descubriera esta verdad llenaba a Caylee de pavor. Cuanto más tiempo pasaba Caylee con la idea, más pesaba la culpa sobre ella. Aun así, la idea de admitirlo todo la paralizaba. Lo único que consiguió fue disculparse en voz baja, con la voz tensa por los nervios.
«Linsey, lo siento mucho. Debería haber vigilado a Zenia y Zander con más atención. Cuando me di cuenta de que no estaban en la habitación esta mañana, supuse que estaban jugando en otro lugar del hotel».
Siguieron su paso apremiante hacia el exterior, haciendo señas a un taxi rápidamente.
Respirando hondo para tranquilizarse, Linsey se dirigió a Caylee con seriedad y le dijo: «Todos cometemos errores, Caylee. Yo también soy culpable. Debería haberme asegurado de que entendían los límites desde que se mudaron a este hotel».
Hizo una pausa, con la voz cargada de preocupación, y dijo: «Siempre han sido muy atrevidos, desde que vivimos en el extranjero».
Caylee escuchaba, con el corazón apesadumbrado.
Caylee agarró el teléfono y se debatió entre informar a Gorman de la situación.
Se arrepintió de su conversación anterior con Zenia y Zander; si hubiera previsto las consecuencias, se habría mordido la lengua. Al fin y al cabo, era un asunto de adultos que no debería haber involucrado a los niños.
Mientras tanto, dentro del coche de Collin, Zenia se dio cuenta de repente de su situación.
Le chocó que hubiera sido secuestrada por Collin.
«¡Suéltame, villano!» gritó Zenia, agitándose en las garras de Collin mientras intentaba escapar.
Collin consiguió calmar a Zenia y luego la colocó suavemente en el asiento de al lado.
Zenia se apartó inmediatamente todo lo que pudo del asiento y miró a Collin con desconfianza.
Sin embargo, en su fuero interno, Zenia estaba cada vez más asustada y ansiosa.
Echaba desesperadamente de menos a Zander y esperaba que apareciera pronto para salvarla.
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