Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 799
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Capítulo 799:
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No, no le sorprendió la repentina suavidad que le invadía el pecho. Zenia se parecía demasiado a ella.
Sin que Collin se diera cuenta, su actitud se suavizó. Se quedó pensativo antes de ponerse a la altura de Zenia, con un tono inusualmente tierno para tranquilizarla y decirle: «Oye, pequeña, no te enfades. No estaba enfadado contigo».
Collin miró entonces el helado embadurnado en su traje y, con paciencia, dijo: «Es sólo un pequeño desastre, nada de qué preocuparse. Me limpiarán el traje más tarde, así que no te preocupes».
La transformación fue sorprendente. Collin, que ya era un hombre apuesto, parecía totalmente distinto con su expresión amable y su voz tranquilizadora, y cambió su típica actitud fría por una calidez sorprendente y acogedora.
Tanto a su ayudante como a Zenia les sorprendió el cambio.
Miró fijamente a Collin, con los ojos desorbitados por la incredulidad, mientras se esforzaba por conciliar ese lado amable con la severidad habitual de él.
Se había precipitado intencionadamente en su abrazo. Caylee le había hablado de su temible reputación y del duro trato que daba a Linsey.
La noche anterior, Linsey se había sentido profundamente herida por él, hasta el punto de llorar.
Zenia se había preparado para una respuesta mucho más dura, por lo que la amabilidad de Collin resultó aún más inesperada.
Collin, al ver la expresión de sorpresa de Zenia, no pudo resistirse a sonreír. Acarició con ternura el suave cabello de Zenia, amortiguando la voz al decir: «Tu pelo está precioso. ¿Te lo ha peinado tu madre?»
Sin embargo, la mención de Linsey ensombreció brevemente su expresión. Tocándose la trenza por reflejo, Zenia moqueó y corrigió: «No, Caylee lo hizo por mí».
Su visión de Collin cambió en ese momento, y la posibilidad de que no fuera el monstruo que había imaginado se apoderó de ella.
Collin no tenía ni idea de quién era Caylee, ni la más remota idea. Soltó una carcajada tranquila y dijo: «¿Estás sola? ¿Necesitas ayuda para encontrar a tus padres?».
Al oír estas palabras, Zenia recuperó de repente la compostura.
Recordó que ella y Zander habían salido en secreto para enfrentarse a Collin hoy, sin informar a nadie, especialmente a su madre. Precisamente por eso a Zenia le preocupaba que Linsey acabara angustiada si descubría la verdad.
Al reflexionar sobre ello, a Zenia se le encogió el corazón al recordar cómo había llorado Linsey la noche anterior.
Sus sentimientos hacia Collin volvieron a agriarse rápidamente y decidió unir fuerzas con Zander para defender a Linsey y asegurarse de que Collin se enfrentara a las consecuencias de sus actos.
La expresión dulce de Zenia se transformó en una de determinación.
A Collin le pilló desprevenido el rápido cambio de actitud.
En un instante, Zenia se abalanzó de nuevo a los brazos de Collin, transfiriendo sus lágrimas, su secreción nasal y su helado derretido al traje de él.
Su ayudante se quedó de pie, totalmente desconcertado por la escena.
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