Mi esposo millonario: Felices para siempre - Capítulo 795
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Capítulo 795:
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«Sí. Entendido.»
Dolores y Dustin se aferraron el uno al otro mientras entraban a trompicones en el hotel de al lado.
«Bienvenidos», les saluda la recepcionista con una sonrisa cortés.
Dolores sacó su carné de identidad del bolso y lo golpeó contra el mostrador. «Dame tu mejor suite, la más elegante».
La recepcionista, que no era ajena a este tipo de escenas, mantuvo la calma. Sus ojos se movieron entre ellos, notando que estaban un poco achispados.
«Necesitaré su tarjeta de identificación también, señor.»
Dustin se quedó helado. Su mente se quedó en blanco. ¿Por qué iba a tener que mostrar su carné de identidad? No pensaba volver a casa.
Dolores se impacientó y le dio un empujón. «¿A qué esperas? Estoy a punto de desmayarme de cansancio».
«Oh, claro. Cierto». Dustin sacó rápidamente su carné de identidad y se lo entregó.
Con las tarjetas de las habitaciones en la mano, se apoyaron el uno en el otro y se dirigieron a la suite.
En cuanto entraron, Dolores empezó a desvestirse sin decir palabra.
Dustin, que seguía junto a la puerta, se dio la vuelta y la encontró en ropa interior. Sus ojos se abrieron de par en par. El alcohol de su organismo pareció desvanecerse al instante.
Tartamudeó: «¡Dolores! ¿Por qué te quitas la ropa?»
Frunce el ceño soñolienta y murmura: «Voy a ducharme y a dormir. ¿Qué más esperas que haga?».
Sin esperar respuesta, entró en el cuarto de baño.
Una vez que el shock se desvaneció, Dustin dijo: «Ten cuidado ahí dentro. No te resbales».
«Ya me he emborrachado antes. No es nada nuevo», respondió. De pie bajo el chorro de agua, añadió con voz distante: «Cuando la empresa se desmoronaba, bebía todas las noches. Me emborrachaba».
Los pensamientos de Dustin volvieron a aquella noche de hacía cuatro años, cuando la había visto humillada en una cena de negocios.
Bajó la mirada y se quedó callado un momento. Luego, con suavidad, dijo: «Realmente has pasado por mucho».
Logró esbozar una suave sonrisa. «Pero las cosas van mejor ahora. Tu empresa va muy bien. El diseñador que enviaste al concurso incluso obtuvo el primer puesto. Eso es enorme».
Dolores se enjabonó el cuerpo, con la cara radiante de orgullo.
«Era Linsey. Por supuesto que ganó. Es brillante».
Dustin parpadeó, atónito. «Espera… ¿Estás diciendo que Aurora es Linsey?». Lo recordaba con claridad: Collin había ido a ver a la concursante de la Cabina 3, y no había sido Linsey.
Su mente corría en círculos.
Ahora todo tenía sentido. No es de extrañar que Collin siguiera diciendo que Aurora le recordaba a Linsey. Siempre tuvo razón.
Lo que Dustin no sabía era que Collin ya se había dado cuenta de quién era ella en realidad.
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